Del saque somos carnecita... La motivación, pastillitas, cariñitos y mimos a los seleccionados no sirven en este momento y la mejor prueba es que somos últimos en las Eliminatorias por tantos engreimientos. Estamos viviendo de una clasificación por repechaje a Rusia 2018 y otra que perdimos en Qatar 2022, como dice mi compadre Carlos Alberto Navarro, con pintores de buques. Ahora he aplicado la ‘táctica inversa’.
Si hay sangre en la cara y hierve en sus venas, lo demostrarán mañana en cada acción, dividida, salto y rodilla-rodilla. Cara de perro y short y chimpunes bien amarrados. Callen a los malazos que pronostican un 3-0 y 4-0 en contra. Y córtenme los dedos que no tengo problemas. Sí, señores...
El ‘Tino’ Asprilla nos ninguneó mal en un programa: ‘Deberían guardar a James para el próximo partido’. Fue directo a los tobillos. Toma lo del viernes como una pichanga de solteros contra casados o un reducido. Solo les recuerdo que cuando se la creyeron les fue hasta el keke. Le metieron 5-0 con baile a Argentina en Buenos Aires y se alucinaban fijos en el Mundial del 94.
Pero el sueño se convirtió en pesadilla americana. El golpe fue tan berraco que en un estacionamiento de Medellín mataron a su zaguero Andrés Escobar por un autogol contra Estados Unidos que los devolvió eliminados en primera ronda. Así que humildes se ven más bonitos. La soberbia nunca es buena consejera. No hay necesidad de despreciar para resaltar.
Así es... Ellos la tocan 30 veces. Nosotros también si tenemos buen pie. Ajustan con balón. No nos quedemos atrás con los toperoles. Luz roja por las bandas, muchachos. En criollo, a corretearse sin perdonar esfuerzos. Y cada uno chape su marca en ataque y defensa en las pelotas paradas. Esa es su principal arma que les ha destrabado partidos.
Ahí a emplear todos los recursos. No descuiden el primer y segundo palo. Imagino que ya habrá un plan y ojito con el VAR que es caprichoso cuando le da la gana o se pasa de ‘copas’.
Ayayayay... Ese Richard Ríos es harta publicidad. Muchos rayitos en su cabello, pero particularmente no me deslumbra. Desdobla, es criterioso, la juega de cuca, pero no es Freddy Rincón ni el ‘Pibe’ Valderrama. En el fútbol moderno y a nivel de selecciones las diferencias se han acortado. Los apellidos rutilantes son un complemento. Mbappé es el one del planeta y con PSG solo brilló en Francia y no en Champions. El colectivo, señores.
Eso es lo que hace caminar a un equipo. Colombia no son 11 hombres cercanos de Pablo Escobar para tenerles miedo. Tampoco son un grupo de ‘gatillos flojos’ ni ‘asesinos en serie’, y menos que desbordan en motos lineales. Son deportistas y cracks a los que se respeta y nada más. Vamos que faltan 24 horas para saber de qué estamos hechos. Rexuxa... Me voy, soy fuga.
