Este Búho cree que el destino es circular. Lo afirmo cuando salgo de la entrañable Universidad Nacional de Piura. El taxi me dejó en mi hotel, el famoso ‘President’. En el camino, proyecto mis impresiones. Y no puedo evitar ingresar al túnel del tiempo. El es un calco del histórico contrapunto de 1990 entre Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori. Todos, aquella vez, pensaban que el escritor iba a pulverizar al sencillo catedrático universitario. Pero el ‘Chino’ le saltó a la yugular. Eso significó un triunfo para el hombre del tractor. Ayer, en mi cara, Keiko hizo lo mismo. Ella no habló para los técnicos y bien lo recalcó de Ipsos: ‘Ella habló para los televidentes, la platea’. Inclusive, el analista uruguayo Romeo Grompone, del IEP, se sintió sorprendido porque la ‘China’ se saltó olímpicamente los temas acordados. Cuando hablaban de descentralización metió un problema que, hay que decirlo, interesaba más que el otro para todo el país: ‘seguridad ciudadana’. Prometió volver el 24×24, ‘mano dura’ y otras cosas más. Pedro Pablo no atinaba y creía que estaba ante un debate ‘limpio’. Pero la historia debía haberle enseñado. Alberto Fujimori no lo hizo hace 26 años. Cuando el ‘Gringo’ despertó y sacó sus ases de la manga, en materia de propuestas, agua potable y alcantarillado para los más pobres, un Ministerio de la Descentralización, dio la sensación de ser demasiado tarde… El guión que le habían alcanzado a la lideresa de Fuerza Popular era sólido. Solo se desinfló cuando PPK le recordó que no alabe tanto a su asesor Hernando de Soto: ‘Fue asesor del sanguinario Gadafi y el egipcio Mubarak’.

Keiko siempre fue al ataque y PPK se tomó unos minutos para defender a Vizcarra y Aráoz. Luego lanzó sus dardos contra Joaquín Ramírez y su padre, Alberto Fujimori. En las calles de Piura vitoreaban a Keiko que ‘atacaba al señor Kuczynski’ y lo culpaba con acusaciones que, se han demostrado, eran falsas. Pero eso no lo saben los millones de los indecisos. PPK me pareció el ‘Quijote’ de Cervantes, que se enfrentaba a los molinos de viento del recuerdo nefasto del padre de la candidata. Keiko demostró que tiene temple, que inclusive puede traicionar a sus aliados, cuando dijo que en la ‘minería informal’ unos van a perder, cosa que no especificó en un acuerdo anterior. Cuando se desarrollaba el debate, recibí una llamada del director. ‘Búho, Ipsos ya lanzó su encuesta. Keiko le lleva 5 puntos a PPK’. Se los juro, al mismo tiempo Spadaro saltó hasta el techo. Ya Keiko era otra. Agresiva. Culpó a Meche Aráoz por el ‘Baguazo’, a PPK de querer desaparecer la CTS. Lo único notable en el ‘Gringo’ es que puso en su sitio a la candidata cuando le dijo: ‘Su vicepresidente anuló la CTS y su padre le regaló 15 millones de dólares a Vladimiro Montesinos’. Machacó el tema de la corrupción. Pero yo no sé si le alcance. En el jirón Libertad, los fujimoristas celebraban. En el centro, ya había un estrado para los simpatizantes de PPK. Este columnista acaba su columna y, cansado, se va a tomar una sopita de pollo y de frente a dormir. Apago el televisor.

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