Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines rojos con pierna de pollo, acompañados de una rica papita a la huancaína con aceituna, huevo duro y, para tomar, un refresco de cocona friecito. “María, miles de personas han visto en Internet un interesante video de titulado ‘La cazafortunas’. Se trata de . Una chica linda se ejercita corriendo por una calle y un muchacho la detiene para preguntarle ‘dónde hay restaurantes’. Ella le indica el lugar y el tipo entonces la invita a comer. La joven se muestra extrañada y lo rechaza de manera tajante, pero él insiste.

La deportista no da su brazo a torcer, así que se va y lo deja parado. Entonces el desconocido camina unos metros y se sube a un espectacular superdeportivo Ferrari. La chica, que hasta hace unos segundos no había querido saber nada del frustrado galán, al ver el auto regresa con una actitud diferente, pues se muestra más amable. Segura de sí, le pide que la jale a su casa. Como el conductor ahora ya no se muestra muy interesado, ella insiste. ¡Hasta le dice que su novio no es celoso! El muchacho, vengativo, le contesta: ‘Qué pena, porque no me gustan las cazafortunas’. La chica, que ha sido sorprendida, se queda muda, sin reacción. Pero segundos después, llena de cólera, parece escupir al hombre, quien arranca y se va a gran velocidad.

El video es aleccionador y demuestra que hay chicas que no tienen reparos en irse con el primer desconocido que tenga la billetera gorda. Triste, y también muy peligroso. Los jóvenes, en general, son fácilmente impresionables y es normal que se sientan atraídos por los carros, fiestas, joyas, viajes, dinero y casas. Esto lo saben muy bien los abusadores, pervertidos y delincuentes. Por eso hacen alarde exagerado de su dinero, que usan como un anzuelo. Un curtido detective de la Policía, me dice: ‘Gary, raros son los casos de extorsionadores, secuestradores y asaltantes que no usen su plata mal habida para buscarse jovencitas que podrían ser sus hijas.

Lamentablemente, muchas son las chicas que se dejan seducir por los lujos. No se dan cuenta que al meterse con esa clase de gente, que son psicópatas, pueden acabar muertas o presas. Siempre ocurre, es una historia bastante vieja”. Por eso es importante conversar con nuestros hijos y hacerles entender los riesgos que existen en las calles. No pueden confiarse de la apariencia de una persona. Porque alguien tenga un carro costoso, no significa que sea una persona de bien. Lo mejor que los jóvenes pueden hacer es estudiar y trabajar duro para obtener lo que deseen con su esfuerzo de forma honrada. Y nada de irse con cualquier desconocido, porque pueden estar jugando con la muerte”. Pucha, Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por unos tallarines rojos con pierna de pollo, acompañados de una rica papita a la huancaína con aceituna, huevo duro y, para tomar, un refresco de cocona friecito. “María, miles de personas han visto en Internet un interesante video de titulado ‘La cazafortunas’. Se trata de . Una chica linda se ejercita corriendo por una calle y un muchacho la detiene para preguntarle ‘dónde hay restaurantes’. Ella le indica el lugar y el tipo entonces la invita a comer. La joven se muestra extrañada y lo rechaza de manera tajante, pero él insiste.

La deportista no da su brazo a torcer, así que se va y lo deja parado. Entonces el desconocido camina unos metros y se sube a un espectacular superdeportivo Ferrari. La chica, que hasta hace unos segundos no había querido saber nada del frustrado galán, al ver el auto regresa con una actitud diferente, pues se muestra más amable. Segura de sí, le pide que la jale a su casa. Como el conductor ahora ya no se muestra muy interesado, ella insiste. ¡Hasta le dice que su novio no es celoso! El muchacho, vengativo, le contesta: ‘Qué pena, porque no me gustan las cazafortunas’. La chica, que ha sido sorprendida, se queda muda, sin reacción. Pero segundos después, llena de cólera, parece escupir al hombre, quien arranca y se va a gran velocidad.

El video es aleccionador y demuestra que hay chicas que no tienen reparos en irse con el primer desconocido que tenga la billetera gorda. Triste, y también muy peligroso. Los jóvenes, en general, son fácilmente impresionables y es normal que se sientan atraídos por los carros, fiestas, joyas, viajes, dinero y casas. Esto lo saben muy bien los abusadores, pervertidos y delincuentes. Por eso hacen alarde exagerado de su dinero, que usan como un anzuelo. Un curtido detective de la Policía, me dice: ‘Gary, raros son los casos de extorsionadores, secuestradores y asaltantes que no usen su plata mal habida para buscarse jovencitas que podrían ser sus hijas.

Lamentablemente, muchas son las chicas que se dejan seducir por los lujos. No se dan cuenta que al meterse con esa clase de gente, que son psicópatas, pueden acabar muertas o presas. Siempre ocurre, es una historia bastante vieja”. Por eso es importante conversar con nuestros hijos y hacerles entender los riesgos que existen en las calles. No pueden confiarse de la apariencia de una persona. Porque alguien tenga un carro costoso, no significa que sea una persona de bien. Lo mejor que los jóvenes pueden hacer es estudiar y trabajar duro para obtener lo que deseen con su esfuerzo de forma honrada. Y nada de irse con cualquier desconocido, porque pueden estar jugando con la muerte”. Pucha, Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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