El Chato Matta llegó al restaurante por un poderoso y humeante caldo de gallina con presa grande, dos huevos, limón y ajicito molido. “María, me mandó un mensaje el gran Pancholón: ‘Chatito, tú eres mi único amigo. Te espero en mi sauna privado del Lawn Tennis. No me falles. Click’. Dejé el carro en mi casa y embalé donde el abogado mujeriego y partidor. ‘Pedrito gritó Pancho ponme hierba fresca, eucalipto, hierbaluisa, manzanilla, muña y sus cascaritas de naranja. A más de 50 grados de temperatura surgió el tema de Carloncho. Al rato se integraron al grupo los ‘matreros’ Jhonny y Tavito, quienes hicieron un círculo en el jacuzzi para seguir hablando del tema de moda.
SAUNEROS: Panchito, tú que has tenido tantas mujeres, ¿alguna vez te pasó algo como Carloncho?
PANCHOLÓN: Mi frase preferida es: El tramposo tiene el corazón de piedra en la calle. Los cuartos de La Posada son testigos de las miles de frases que me han dicho en medio de la oscuridad: ‘Nadie me ha hecho esto, eres lo máximo, me encanta estar así, echadita contigo’. ‘Todo mi cuerpo es tuyo, para ti solito’. ‘Contigo recién conocí el amor’. ‘Eres mi bebé, mi papi’. ‘Soy tuya’… Nunca creí en nada de eso. No me hacen ni cosquillas. Son delirios de una fiebre de 40 grados, que vives en ese momento. El error de ese pata es que se dejó deslumbrar por un cuerpecito del ambiente y ahora tiene una ensalada cerebral porque es celoso y está enamorado. Ahí pierde y por goleada. Mientras él revienta de cólera y hasta puede perder su chamba, ella sigue moviendo la cintura…
SAUNEROS: ¿Quién tiene la culpa, el bailarín o ella?
PANCHOLÓN: Hijos, el hombre debe ser ‘podrido’. Los sonsos y buenitos siempre pierden. Ese bailarín hace lo suyo, en el baile ya la pulseó y se dio cuenta que hay feeling. Y por si acaso, si el hombre estaba manejando el carro, es porque no era la primera salidita. Ya hay confianza, ella lo engríe, le da las llaves.
SAUNEROS: ¿Tú, qué harías Panchito si te pasa lo mismo?
PANCHOLÓN: A mí no me va a pasar, hay que saber diferenciar la casa de la calle.
SAUNEROS: ¿Tú lo agarrarías a correazos al partidor?
PANCHOLÓN: Muchachos, los celos te pueden desgraciar la vida. Cuando una pareja no vale, hay que cantar como Luis Miguel: ‘La media vuelta’. En mi caso, apenas terminaba con una chica, llegaba otra.
SAUNEROS: ¿Gastas mucho dinero en tus aventuras y en La Posada?
PANCHOLÓN: Solo lo justo. La plata cuesta ganarla y hay que cuidarla. Además, uno no puede hacer el papel del ‘Pizzero’, que es tremendo bobazo y lo ‘aman’ por su billete.
SAUNEROS: ¿Te mandas o ellas se mandan?
PANCHOLÓN: Ellas vienen a mí, el amor es química pura, he visto billeteras gruesas que rebotan y esos dan pena. Hay que ser carismático, entrador y caballero cuando se enamora. Después ya que pase lo que pase”. Pucha, ese señor Pancho es muy mujeriego. Me voy, cuídense.
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