Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un pescadito a la plancha con papas sancochadas, ensalada, rocotito molido con queso y huacatay. Para calmar la sed, se pidió una jarrita de maracuyá.

“María, el dinero es una de las más grandes tentaciones. Por eso, cada cierto tiempo, algún agente de seguridad que transporta cientos de miles de soles y dólares no resiste el impulso y termina huyendo con el dinero que le encomiendan custodiar. El último miércoles, el vigilante Gregorio ‘Goyo’ Mamani, quien llevaba trabajando más de 15 años en la compañía Prosegur, .

Gregorio Mamani había recogido ese dinero de distintas tiendas del centro comercial ‘Real Plaza’, ubicado en la avenida Wilson y se hizo humo antes de subir al camión blindado. Apenas se supo del hecho, fue acusado de haber robado el dinero. Pero ayer apareció atado de pies y manos, sumergido hasta el cuello en Los Pantanos de Villa, y pidiendo auxilio a gritos.

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Del dinero, por supuesto, ni rastro. Aseguró que cuatro presuntos delincuentes lo amenazaron en el ‘Real Plaza’, lo subieron a un taxi con el que fueron hasta un determinado lugar donde abordaron otro vehículo. Dijo que lo llevaron a una casa donde lo mantuvieron cautivo hasta la 1 de la madrugada y después lo abandonaron en los pantanos. Pero los detectives señalan que, en sus declaraciones, ha mostrado varias contradicciones y por eso ayer fue llevado al centro comercial para que recree todo lo sucedido. Además, tenían que confrontar su versión con las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad. Si es culpable, se sabrá.

Este caso me recuerda el de Félix Luciano, ‘Lucky Luciano’ o ‘Choro monse’. En el 2010, sustrajo bolsas con dos millones de soles de un camión de caudales de la empresa Hermes, donde laboraba como chofer de los camiones blindados. Dopó a sus compañeros en el vehículo y se fue con toda la fortuna… poco tiempo después fue capturado. Las autoridades determinaron que su hermano Jean Pierre fue su cómplice, por lo que también fue encerrado en prisión. Definitivamente, debe ser una tremenda tentación para los vigilantes que transportan tanto dinero todos los días.

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Esas personas, como todos, tienen problemas económicos, deudas, familiares enfermos que necesitan medicinas costosas y ellos muchas veces no tienen dinero, mientras por sus manos pasan verdaderas fortunas. La enseñanza es que el dinero mal habido desaparece rápido, mientras los que cometen el delito deben pagar las consecuencias, muchas veces toda la vida. Lo mejor es estudiar, trabajar duro y con fe, ser creativos y nunca rendirse. Esa es la mejor receta para hacer realidad nuestros sueños, con estudios y trabajo honrado”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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