Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una cachema frita con arrocito blanco, papas doradas, salsa criolla, y para tomar un jugo de fresa friecito.

“María, ya es una realidad la ley que autoriza a los afiliados de 65 años o más retirar de las hasta el 95,5% de sus aportes. Aunque la ley es de aplicación inmediata, se anunció que recién el próximo martes la Superintendencia de Banca, Seguros (SBS) dará a conocer los procedimientos que los afiliados deberán cumplir para hacer efectivo ese cobro. Además, hará precisiones como por ejemplo si este beneficio alcanza a los jubilados que ya cobran sus pensiones hace poco tiempo.

Es decir, si tiene un carácter retroactivo. Por lo pronto, también pueden retirar hasta el 50% de sus aportes las personas a partir de 55 años que no estén trabajando hace un año como mínimo y cuya pensión sea menor al sueldo mínimo vital. Los que padezcan alguna enfermedad que acorte su tiempo de vida, también pueden cobrar la mitad de sus fondos. Asimismo, los menores de 65 años que no tengan una vivienda propia, pueden disponer hasta del 25% como garantía para un préstamo bancario que les permita pagar la cuota inicial o hasta la totalidad del precio, si su fondo tiene suficiente dinero. Yo creo que la vejez es muy larga y las personas que tienen la suerte de contar con una pensión deben pensar muy bien qué harán con ese dinero a retirar de las AFP. ¿Les conviene más retirarlo?

Sería una locura destinar parte de ese fondo para realizar viajes de placer o comprarse un carro solo para movilizarse y pasear con la familia (hasta adquirir un vehículo para hacer taxi u otro tipo de trabajo es riesgoso, a menos que esté asegurado, y aún así no parece una inversión segura). Hay que tener bien presente que el dinero de las pensiones es sagrado y no debe tocarse bajo ninguna circunstancia, salvo para generar una renta mayor que la que da la AFP. Tener una importante cantidad de dinero en las manos es una tentación muy grande y puede llevar a cometer errores que después se pagarán muy caro. Hay que pensar que esa plata es la única garantía segura para vivir en la vejez.

Si ese fondo desaparece, solo queda trabajar hasta cuando se pueda, o depender del favor de los hijos. Lo más inteligente es no apresurarse en sacarlo hasta que se tenga un panorama más claro y analizar con detenimiento qué se puede hacer. Por ejemplo, ver si es más rentable ponerlo en cajas municipales o regionales supervisadas por la SBS, pues ante una posible quiebra de la entidad financiera, el ahorrista tiene asegurada la devolución de sus ahorros e intereses hasta 96 mil 571 soles. Si tiene depósitos en más de una empresa miembro de la SBS, todos esos montos están asegurados. También se debe analizar si es más conveniente usar parte del dinero en remodelar o ampliar un predio para arrendarlo. Tal vez ese alquiler sea mucho mayor que la pensión mensual de la AFP. Hay que estar atentos a los nuevos productos de las distintas entidades financieras, que pueden ofrecer más beneficios que una AFP”. Mi amigo Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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