Daniel Picazo había terminado de cursar una maestría en Derecho y estaba dispuesto a tomarse unas pequeñas vacaciones como recompensa. Su primera opción fue visitar la casa que heredó su abuelo en localidad de Papatlazolco, en el Estado de Puebla.
Esta localidad está ubicada en Las Colonias de Hidalgo, a unas tres horas de la capital mexicana, llena de paisajes y montañas que él mucho disfrutaba cuando era más joven. Nada había cambiado, excepto por las personas.
La noche del viernes 10 de junio, unos 200 habitantes de esa ciudad entraron a su casa, lo detuvieron, golpearon y lincharon hasta la muerte, señala La Nación.
¿Qué ocurrió?
Un rumor que se esparció por WhatsApp unos días antes del arribo del joven a Papatlazolco, alertaba a la población que había gente foránea raptando niños para traficar con sus órganos. Picazo fue víctima del señalamiento público de una muchedumbre.
Incluso había imágenes con logotipos de instituciones que ya no existen como tales (la PGR, por ejemplo, que hoy es la Fiscalía General de la República). Esas fotos supuestamente señalaban que había una búsqueda de delincuentes.
“Esa información que circuló ya tiene algunos años. Esas mismas fotos corrieron no solo aquí, sino a nivel nacional, en otras partes de México”, explica a BBC Mundo el periodista Pablo Torres desde Huauchinango.
Esa noche, alrededor de las 9 de la noche, un vecino de dicha localidad alertó de una camioneta con la placa de otra ciudad y advirtió por WhatsApp de “que ya estaban por ahí personas extrañas y que probablemente era de quienes se hablaba desde hacía dos días”.
“Estaban señalando al joven como como presunto secuestrador de niños, sin que nadie haya verificado nada”, agrega el periodista Torres.
“Los elementos [de la policía] recibieron un llamado y acudieron de inmediato a prestar auxilio, pero luego llegaron más de 200 personas. Eran seis elementos para poco más de 200 personas”, aseguró.
La policía intentó rescatarlo, pero vecinos lo impidieron, al insistir en que era un secuestrador de menores.
Cuando los oficiales intentaron ponerlo a resguardo adentro de una patrulla, habitantes de esa comunidad lo sacaron y se lo llevaron por la fuerza a las canchas deportivas locales, en donde 200 personas lo golpearon, le rociaron gasolina y le prendieron fuego aún con vida.
La camioneta en la que se trasladaba Picazo también fue quemada.
Los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal ingresaron y retiraron el cuerpo luego de que los pobladores abandonaron el lugar.
“Es un acto de barbarie, totalmente aberrante, en donde hay prejuicios, ignorancia, rumores, un ambiente de no creer en la autoridad”, lamentó el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa.
Picazo se desempeñó hasta marzo de 2022 como asesor en la Cámara de Diputados, informó esa institución mediante una esquela que publicó en redes sociales para lamentar el asesinato.
Trabaja principalmente con legisladores del Partido Acción Nacional (PAN, conservador), agrupación política que también difundió en redes condolencias a la familia de Daniel Picazo y exigió justicia.
Este tipo de crímenes no son nuevos en México, y se registran en localidades alejadas, donde las fuerzas de seguridad estatales tardan en llegar.
Con información de AFP