Cada segundo que pasaba hacía más larga la espera para rescatar a un niño de nueve años que luchaba por su vida, tras caer a las profundidades de un lago congelado en Illinois, Estados Unidos.
“Una persona se está ahogando”, se escuchó decir a través del 911, antes que los agentes de la ciudad de Aurora respondieran al angustioso llamado el pasado 23 de noviembre, detalla El Tiempo.
Fueron dos policías quienes iniciaron una carrera contra reloj para llegar a la escena del accidente cuanto antes, pero lo que no se imaginaron es que en el lugar encontrarían a un pequeño que estaba luchando por salvar su vida en aguas bajo cero.
Por si fuera poco, los rescatistas se dieron con la sorpresa que una anciana, en un impulso desesperado por salvar al pequeño, también cayó al lago, por lo que ahora eran dos vidas en peligro.
Sanos y salvos
En un acto que luego calificarían como heroico, los dos agentes decidieron arriesgar sus propias vidas para salvar las de ambas personas vulnerables.
Otros agentes llegaron hasta el lago congelado para brindar apoyo y llevaron consigo un equipo de rescate. Sin pensarlo, los dos agentes se ataron una soga a la cintura y saltaron al agua.
“Sé que no soy un nadador olímpico, así que sabía que no iba a poder nadar con las otras dos personas en el agua”, confesó Andrew Soderlund, uno de los oficiales a la prensa local. Fue necesario que el equipo de rescate los jalara desde afuera del lago con la soga.
Según el reporte del Departamento de Policía de Aurora, “los oficiales que nadaron para rescatar al niño sufrieron heridas leves”, por lo que fueron trasladados al hospital más cercano, en el Departamento de Bomberos de Aurora, al igual que el menor.
La anciana fue atendida en el lugar de los hechos y no presentó heridas.
Según detallaron en el informe, el menor habría caído sobre la superficie de hielo que recubría el lago para rescatar su balón de fútbol, pero esta se rompió y se hundió.