Cuatro de los doce niños futbolistas y su entrenador, atrapados en una profunda cueva en Tailandia, fueron rescatados hoy tras una delicada operación de evacuación. Los pequeños permanecen en el lugar desde hace 15 días y su rescate fue celebrado por millones en el mundo, sobre todo por las familias de los menores.
"Dos niños salieron de la cueva. Otros dos saldrán dentro de poco", dijo Kongcheep Tantrawanit, portavoz del ministerio de Defensa, quien hace unos días lamentó la muerte de uno de los buzos, quien falleció tras quedarse sin oxígeno mientras realizaba trabajos de exploración.
"Los niños están preparados para afrontar todos los desafíos", había declarado Narongsak Osottanakorn, jefe de la célula de crisis, en el momento de lanzar el operativo que permitió el rescate de estos cuatro menores.
Previamente, las autoridades tailandesas indicaron que los niños "saldrán uno por uno, eso durará dos o tres días" y que en la operación participan "trece especialistas de nivel mundial llegados de países con experiencia" en espeleología que ya se dirigen hacia el lugar donde están los chicos.
RESCATE PELIGROSO
Las autoridades se decidieron por el rescate más rápido y peligroso, que consiste en extraer a los niños y a su instructor buceando y así sucedió.
El director del operativo informó que se rescataron a los niños más sanos y lo que ayudó a que el rescate sea exitoso en esta primera etapa fue gracias a las aguas bajaron más de lo esperado y partes del trayecto los pequeños y rescatistas lo hicieron a pie.
El recorrido hasta la zona en la que están bloqueados es de varios kilómetros y tiene algunos tramos angostos y otros que se tienen que realizar bajo el agua.
De acuerdo a informaciones de la prensa internacional, el estado de salud de uno de los niños estaba bajo 'monitoreo cercano'.
"Dos niños ya están afuera, los están atendiendo en el hospital de campaña junto a la cueva", dijo Tossathep Boonthong, jefe del departamento de salud de la ciudad de Chiang Rai, a cuyo hospital fueron trasladados los niños.
Los niños se vieron sorprendidos por una subida del nivel del agua el 23 de junio en esta cueva del norte de Tailandia, en la frontera con Birmania y Laos.
Los servicios de socorro estudiaban desde hacía días la conveniencia o no de llevar a cabo una evacuación peligrosa, pues las lluvias del monzón que se espera que caigan próximamente podrían arruinar los esfuerzos continuos de los últimos días para bombear agua de la cueva.