La variante ómicron no deja de sorprender a la ciencia. Más allá de la gran cantidad de mutaciones que tiene, al parecer los síntomas que presentan los infectados son diferente a las otras cepas del COVID-19.
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Según La Nación, los datos aún son escasos y en Europa están investigando los primeros indicios.
Uno de los cambios más claros es sobre la pérdida de olfato, el cual afectó más en las primeras olas de coronavirus. Ahora los médicos no reciben tantos pacientes con este problema. Es muy poco frecuente o nula.
Uno de los casos que han estudiado es el contagio de un grupo grande. Este se dio el 26 de noviembre en Oslo (Noruega) en un restaurante, donde se reunieron 111 personas, todos con la pauta de vacunación completa y una prueba de antígenos hecha uno o dos días antes.
Sin embargo, un invitado llegó de un viaje desde Sudáfrica y con la nueva variante infectó hasta el 74% de los invitados. De ellos, solo el 12% perdió el olfato.
La mayoría tenía secreción nasal, tos y cansancio. Ninguno de ellos tuvo que ser internado y el promedio de edad fue 39 años.
El vocal de la Sociedad Española de Atención Primaria, Vicente Martín Sánchez, señaló que la mayoría de los contagiados con ómicron presenta un cuadro similar al de un catarro o una alergia.
“La pérdida de olfato es cada vez menos común. De hecho, ya con la variante delta se daba con mucha menos frecuencia”, acotó.
Aún así, el especialista alertó a las personas a hacerse una prueba ante los síntomas ya mencionados. “Si la gente sigue haciendo vida normal pensando que si no ha perdido el olfato no tiene COVID-19, contagiará a todo su entorno”, agregó.
Los especialistas también piden a la ciudadanía mantener cuidado, pues los síntomas de la nueva variante no significan que sea menos grave, sobre todo cuando se cree que es más contagiosa, por lo que podría hacer una explosión de hospitalizaciones en diferentes países.
A esto se debe sumar que las vacunas podrían ser menos eficientes con ómicron.
Un estudio preliminar realizado en la Universidad de Hong Kong usó la nueva variante y células humanas. Ha mostrado que se reproduce 70 veces más que la delta en el tejido de los bronquios, es decir, las vías respiratorias superiores.
Por el momento, los científicos también señalan que dos dosis de las vacunas no impedirán una infección con esta nueva variante, pero sí puede ayudar un tercer pinchazo, sobre todo para que los organismos tengan una memoria de este mal.