El economista Rodrigo Chaves juró este domingo como el presidente número de 49 de Costa Rica para el periodo 2022 – 2026, en una ceremonia llevada a cabo en la sede de la Asamblea Legislativa.
Chaves, de 60 años y del Partido Progreso Social Democrático, juramentó ante el presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias Sánchez, en un evento al que fueron invitados 97 mandatarios y personalidades internacionales, incluido el rey de España, Felipe VI.
Según detalla la agencia AFP, Chaves tiene como principal meta tratar de solventar la crisis económica del país, con 23% de su población en pobreza (6,30% en pobreza extrema) y 13,6% de desempleo, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
“Esta, parece, será una gestión concentrada en la parte económica, el fuerte del presidente electo. Además, es una preocupación a nivel nacional en todos los sectores. Pareciera que vamos a asistir a una propuesta de resaneamiento y reordenamiento de las finanzas públicas”, dijo la analista política Gina Sibaja.
Un presidente sumido en el escándalo
Chaves, doctor en Economía de la Universidad de Ohio State y Harvard, en Estados Unidos, trabajó por 30 años dentro del Banco Mundial, donde fue denunciado de acosar a dos subalternas entre 2008 y 2013.
Fue sancionado en octubre de 2019 con un descenso a un puesto sin personas a cargo y la imposibilidad de un aumento de salario en tres años. Renunció aproximadamente un mes después.
“Yo tengo una esposa, seis hermanas, ocho tías y dos hijas, tengo un profundo respeto por todas las mujeres”, le dijo a la AFP en febrero, previo a la primera ronda de las elecciones.
No obstante, este 28 de marzo, el Wall Street Journal insistió en que Chaves mantuvo sus conductas inapropiadas con personal en Indonesia entre 2018 y 2019, cuando dirigía dicha sede.
Costa Rica actualmente posee una deuda de 70% de su PIB, la cuarta más alta de América Latina, con altos índices de pobreza (23%) y desempleo (14%).
Impulso de la economía
Durante una entrevista para la agencia AFP en abril, Chaves consideró “indispensable” el acuerdo que firmó su país con el FMI por 1.778 millones de dólares, pero espera “mejorar” las metas, con planes de crecimiento económico más eficientes.
“El FMI no es una fuente de recursos para cerrar las necesidades de financiamiento del gobierno. Lo pensamos como un instrumento para darle confianza a la gente que nos tiene que prestar plata, que Costa Rica va a poder honrar sus deudas”, explicó.
Costa Rica cerró 2021 con un déficit fiscal del 5,18% del Producto Interno Bruto (PIB), inferior al 8,03% registrado en 2020. La deuda pública, de más de 42.436 millones de dólares, superó el 70% del PIB.