El movimiento antivacuna ha encontrado en la pandemia del coronavirus combustible para fortalecerse, con hipótesis disparatadas que se han entonado en las voces de distintos líderes de ultraderecha y obtenido vitrina mundial en las redes sociales. Y lo que pareció ser la anécdota inverosímil de algunos pocos, ahora observamos que están organizados en países de todos los continentes, cada día más radicales, más violentos.
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Sus protestas son masivas, sus líderes feroces aclaman por la libertad de elegir ser o no ser vacunados, sus seguidores más oscuros tienen vínculos con el fascismo y en algunas regiones alejadas -como la Amazonía- su ideario llegó incluso antes que las vacunas contra el COVID-19. Así va la peligrosa situación de los antivacuna en el mundo.
Piden “libertad” en Nueva Zelanda
La más reciente manifestación antivacuna ocurrió en Nueva Zelanda, el jueves que pasó alrededor de 3 mil personas se congregaron en la capital para protestar contra la vacunación el mismo día que las autoridades confirmaron la llegada de la variante ómicron.
Ha sido el pastor fundamentalista Brian Tamaki el convocante a la marcha, recorrió las calles del centro hasta el Parlamento criticando la obligación a vacunarse en los trabajos donde hay contacto con el público porque atentan contra su libertad.
“No toques mis libertades ni mis derechos” se podía leer en una pancarta de la manifestación, en la que nadie llevaba mascarilla y contó con la asistencia de un grupo de moteros.
Las autoridades sanitarias han informado que un 90% de la población ya ha sido vacunada.
Los radicales antivacuna en Alemania
Si Nueva Zelanda tiene en esta nota el rótulo de la protesta más reciente, Alemania tiene la preocupante etiqueta de ser el país donde se ha radicalizado la protesta antivacuna. Con postulados absurdos, los manifestantes han iniciado acciones delincuenciales y la policía local ya comenzó a intervenir.
La primera alerta de amedrentamiento comenzó en las redes sociales. Un grupo llamado “Corona-Virus-Información” lanzó el mensaje “Iniciativa de direcciones privadas” en Telegram, amenazando con colocar en línea información personal de representantes locales, políticos y otras personalidades que promueven la vacunación contra el COVID-19.
Michael Kretschmer, ministro-presidente de Sajonia, perteneciente al partido conservador CDU y favorable a la vacunación, recibió amenazas de muerte en un canal de Telegram, que obligó la intervención de la policía local.
Los mensajes de audio llamaban a oponerse, “con armas si fuera necesario”, a las medidas en vigor, apuntando a los líderes políticos y en particular a Kretschmer.
De la operación en Dresde y Heidenau, la policía incautó armas y ballestas, aunque no precisó si se llevaron a cabo detenciones.
Antivacunas nazis
En Polonia la violencia no proviene exclusivamente de las personas comunes, sino cuentan con el respaldo de políticos de ultraderecha, en este caso el partido Konfederacja.
Los miembros de esta agrupación posaron ante una pancarta con la inscripción “Vacuna nos hace libres”, una referencia a la tristemente célebre inscripción nazi “Arbeit macht frei”, durante una manifestación “contra la segregación sanitaria”.
La presencia de diputados de Konfederacja en la manifestación del martes generó un acalorado debate este miércoles en el parlamento, en el que la oposición reclamó su exclusión del recinto al grito de “¡No al fascismo!”
Los diputados de Konfederacja son habitualmente excluidos de los debates parlamentarios por su rechazo a llevar mascarilla.
Multitudinarias protestas en Austria
Austria es el país de las concentraciones multitudinarias, en los 10 primeros días de diciembre se realizaron dos manifestaciones que contaron con más de 40 mil personas en cada una de ellas, todas al grito unísono de una supuesta libertad vulnerada por la vacunación obligatoria.
“Una vergüenza para nuestro país”, “No soy un neonazi ni un ‘hooligan’, lucho por la libertad y contra las vacunas”, “No al fascismo de las vacunas”, se leía en pancartas que llevaban manifestantes.
Las manifestaciones aumentaron luego que el gobierno anunciara que una vacunación masiva desde febrero del próximo año a los austriacos mayores de 14 años y, si bien no es obligatoria, la negativa a vacunarse tendrá consecuencias legales, con una multa inicial de 680 dólares que puede ascender a unos 4.000 dólares en caso de impago.
Redadas en Italia
Recientemente, la policía italiana llevó a cabo una ola de redadas contra grupos de antivacunas por instar en las redes sociales a la violencia contra políticos y médicos a favor del pasaporte sanitario.
Las redadas fueron realizadas en 16 ciudades de todo el país contra 17 líderes ultrarradicales del movimiento “Basta Dittatura” (“Abajo la dictadura”), activo en Telegram, que “incita al odio y a la comisión de delitos graves”, según explica la policía local.
Los acusados “participaban en grupos de discusión, pidiendo sistemáticamente el uso de armas y la comisión de graves acciones ilegales contra los más altos cargos institucionales, incluido el primer ministro Mario Draghi”, indicó la policía.
El grupo antivacuna, que tiene como símbolo una esvástica, planeaba “ahorcamientos”, “pelotones de fusilamiento”, “disparos en las piernas” y “más marchas sobre Roma”, en alusión a la marcha de fascistas de 1922 que condujo a la llegada al poder del dictador Benito Mussolini.
Bolsonaro, el principal antivacuna
El principal promotor de las noticias falsas con respecto a las vacunas contra el COVID-19 ha sido el propio presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien es un negacionista conocido, y sus declaraciones, falsas, llegaron a las comunidades de la Amazonía, incluso antes que la vacuna.
Bolsonaro, que ha negado persistentemente la gravedad de la pandemia, que ya dejó más de 217.000 muertos en Brasil, llegó a cuestionar en diciembre los posibles efectos colaterales de las vacunas: “Si te conviertes en caimán, es tu problema”, declaró.
La primera vacunada contra el COVID-19 en el estado de Amazonas, Vanda Witoto, recibió muchas llamadas de parientes: “Querían saber si me había vuelto un caimán”, cuenta a AFP.
“Hay quienes quieren vacunarse y otros que (...) se niegan a hacerlo por creer que no es seguro, repitiendo lo que dice el propio presidente Bolsonaro”, afirma Joao Voia, indígena xokleng de Santa Catarina (sur).
El cacique Raoni Metuktire, emblemático defensor de la Amazonía, pidió la semana pasada a la Corte Penal Internacional (CPI) investigar a Bolsonaro por “crímenes contra la humanidad”, por “perseguir” a los indígenas, destruir su hábitat e ignorar sus derechos.
¿Qué piensan los antivacuna?
En todos los países se ven movimientos antivacunas, pequeños o grandes, con tímidas manifestaciones o multitudinarias protestas, siempre con un político de ultraderecha (o ultraizquierda) como caja de resonancia o un religioso afiebrado, utilizando consignas parecidas, reclamos disparatados que se propagan en redes sociales. Pero, ¿Qué exigen? ¿Qué dicen? ¿Qué piensan las antivacuna? Aquí algunos ejemplos:
- Negacionistas y antivacunas recurren ahora al grafeno (material compuesto por la agrupación de átomos de carbono) para asegurar que se encentra en las vacunas y es responsable del “magnetismo” que experimenta el cuerpo luego de la inoculación.
- El video “Plandemic”, visto millones de veces en YouTube y otras plataformas desde mayo, asegura que la vacuna contra el COVID-19 ha “matado a millones de personas”, que utiliza sustancias como fenoxietanol o cloruro de potasio en grandes cantidades. Estas afirmaciones se presentan sin ningún sustento científico.
- Algunas teorías conspirativas afirman que las vacunas contienen exactamente lo mismo que las inyecciones letales de los condenados a muerte, y otras reaparecen modificadas, con una referencia al COVID-19.
- Una de las clásicas es la teoría contra Bill Gates, donde se le acusa desde hace mucho (antes del coronavirus) de querer vacunar a la fuerza para inyectar chips electrónicos a las personas. Nuevamente tomó fuerza esta idea con éxito entre los antivacuna.
- La vacuna provoca otras enfermedades o males, a elección de quien escriba la mentira: esterilidad, Alzheimer, impotencia, etc.
- Los antivacuna y negacionistas del mundo aseguran que sus libertades han sido restringidas, primero con los confinamientos, ahora con la vacunación que, si bien no es obligatoria, si es requisito para realizar varias actividades.
- El principal reparo contra la vacuna es que se hizo demasiado rápido, que es experimental y no ha pasado suficiente tiempo para comprobar si es segura, pese que al respaldo de la comunidad científica del mundo.