Luciano Palazesi entendió que la discapacidad no podía ser una limitante en su vida. A sus 35 años, este joven argentino ha logrado convertir su parálisis cerebral, detectada desde que nació, en una herramienta para luchar contra las injusticias y educar mediante la inclusión.
“Me gusta reírme de mi discapacidad. Siempre digo que lo que pasó fue que me dejaron un rato más en el horno: tenía que nacer a las 14 y me sacaron a las 21. No hay otra explicación”, cuenta como anécdota este joven contador a TN, antes de atender su primer llamado en su estudio.
La parálisis cerebral que sufrió luego de una mala praxis durante el parto, le dificultó el habla y limitó su movilidad desde muy pequeño, por lo que no pudo ni gatear hasta los 5 años.
“Mi papá es carpintero y creó un soporte para que yo pudiera estar parado. Mi mamá atravesó un embarazo normal, nada de esto debía pasar. Pero bueno, los médicos se equivocaron y yo no los juzgo”, cuenta Palazesi.
Una vida con dificultades
Luciano vivió desde muy pequeño junto a sus padres Juan Carlos y Adriana y sus hermanos entre Rosario y Ucacha, una pequeña localidad cordobesa ubicada en el centro sur de la provincia.
Desde allí tenía que viajar alrededor de 180 kilómetros, tres veces por semana, hasta Río Cuarto, para someterse a un programa de rehabilitación.
Desafortunadamente, durante sus primeros años de vida no pudo contar con una educación especial. “En 1995 no había nada. Por eso hoy tenemos que apuntar a más, porque hay un gran compromiso, la inclusión educativa quedó atrasada, ahora los pibes quieren ir a la universidad”, indicó.
Gracias al esfuerzo incomparable de sus padres, logró ir a la Universidad Católica Argentina, donde estudió y se recibió de contador público.
“Yo valoro cada paso que doy, aunque sea chiquito. Cuando puse el estudio contable, significó un impacto muy grande para mí. Soñaba con esto. Y hoy puedo contar que hace un mes cuento con un lugar físico para trabajar”, destacó.
No solo eso, Palazesi materializó uno de sus sueños a través de la docencia: llevar a cabo su lucha por la inclusión educando y hablando sobre la discapacidad. Lo hace a través de “Detrás del escritorio”, un seminario en el que cuenta como un joven con discapacidad logró convertirse en profesor universitario.
“No me percibo como un ejemplo porque los ejemplos son estáticos y los seres humanos somos dinámicos. A veces estamos muy arriba, otras muy abajo. Lo importante es detectar la fuerza con la que nos levantamos todos los días”, sostuvo.
“Y siempre aclaro: soy una persona que tiene una condición de discapacidad. Pero antes que eso soy persona. Por otra parte, nadie está exento de tener una condición de discapacidad, pero nunca dejaremos de ser personas”, agregó.
Un hombre con discapacidad privilegiado
Además de desempeñarse como educador y contador público, Luciano cumple otro rol: es empleado administrativo en el Estado.
“Soy un privilegiado al estar en el 4% que obliga al Estado (argentino) a contratar a personas con discapacidad. Por las tardes cumplo esa tarea, así que me despierto alrededor de las 6 y vuelvo a casa pasadas las 20. Camino 50 cuadras por día″, detalló.
“Muchos amigos me dicen por qué doy un seminario o por qué lucho por las personas con discapacidad. Porque estamos luchando para que no haya ajustes en la discapacidad. ¿Sabés qué? El día que los políticos entiendan que en Argentina vivimos 5.500.000 de personas con discapacidad, y que votamos también, seremos considerados”, reflexiona el rosarino, quien este año comenzó a estudiar Derecho.
“La discriminación está siempre, porque no hay educación. Educación en el término de que el otro es diferente a mí. Yo me subo a un colectivo y un nenito de cuatro años le pregunta a su mamá por qué hablo así. Le respondo a ella que lo eduque, que le enseñe que tengo una discapacidad”, detalló.
Actualmente, Luciano es profesor universitario en la misma institución donde se recibió y señala a sus alumnos que “vengo a enseñar contenidos, pero quiero que se lleven valores. Porque un buen profesional se define por valores, no por los contenidos. Tenés que saber, claro, pero en definitiva solo vas a lograr transmitir aquello que les permitirá trascender”.