Estocolmo. El atacante de la masacre en Nueva Zelanda afirmó en un manifiesto que quería vengar a una víctima de un atentado yihadista en 2017. La madre de la joven sueca condenó el ataque donde han fallecido al menos 49 personas.
Ebba Åkerlund, de 11 años, murió el 7 de abril de 2017, atropellada por un camión lanzado a toda velocidad en una calle de Estocolmo por Rakhmat Akilov, un uzbeko cuya solicitud de asilo había sido rechazada.
Según medios locales, Ebba Åkerlund se encontraba de regreso a su casa cuando desapareció en el lugar de este atentado. Sus familiares lanzaron una intensa búsqueda en redes sociales tras conocer el trágico hecho.
Sin embargo, la policía le confirmó un día después que su hija era una de las víctimas del ataque. Mediante un comunicado agradecieron las muestras de apoyo de los ciudadanos suecos.
"Con todo nuestro corazón agradecemos a los suecos por todo el cariño y el amor que nos brindaron en un momento de desesperación y dolor. Ahora necesitamos paz y paz, callar para procesar nuestro dolor y pedirles que comprendan que debemos hacerlo en paz", señaló.
Recordemos que, el atacante australiano, detenido tras el ataque este viernes contra dos mezquitas en Christchurch, publicó previamente un manifiesto racista en Twitter en el que escribió que actuaba "para vengar a Ebba Åkerlund".
El agresor había escrito el nombre de la niña en una de las armas que sirvieron para cometer este ataque que causó medio centenar de muertes.
— Su madre condenó el ataque en Nueva Zelanda —
El ataque contra dos mezquitas en Christchurch "va contra todo lo que defendía Ebba", declaró Jeannette Åkerlund, madre de Ebba, en la televisión pública SVT.
"Ella repartía bondad y amor en su entorno, no odio" afirmó la madre.
Fuente: AFP