Dieciséis años después de que fuera deportado de tras ser descubierto intentando comprar droga, José Francisco López, veterano que estuvo en la guerra con Vietnam en 1968, contrajo matrimonio este domingo en la ciudad de Tijuana.

Con notorios nervios pero con una clara alegría en su rostro, "Panchito", como lo conocen sus amigos, se hizo presente en el Parque Binacional de la Amistad en Playas de Tijuana.

Según ha declarado a medios, entre ellos Efe, López, originario de Torreón, estado de Coahuila, llegó a Estados Unidos buscando mejorar su calidad de vida a la edad de 15 años y comenzó a trabajar en lo que podía a su corta edad en un país desconocido para él y en el que el idioma inglés se le dificultaba.

Tour en Vietnam

En 1967 le llegó una carta de que tendría que participar en la guerra con Vietnam apoyando al Ejército de Estados Unidos, por lo que fue enviado a un año de entrenamiento a Fort Polk, en Louisiana, para después ser armado y uniformado.

Explicó que estuvo en las filas del Ejército hasta cumplir los dos años que tenía como requisito, y continuó con su vida. Obtuvo un empleo, una esposa y formó una familia, hasta que en 2003 al salir a comprar droga para su consumo lo detuvieron y deportaron.

Llegó a Ciudad Juárez, Chihuahua, sin dinero, sin trabajo y sin familia, perdiéndolo todo y comenzando a trabajar, ahora vendiendo latas de aluminio a las recicladoras para poder sobrevivir. Varios años después conoció la organización que apoya a veteranos deportados.

"Creía que era el único deportado, hasta que los conocí y volví a nacer", dijo López, quien explicó que fue en Juárez donde conoció a Flor, una mujer que lo apoyó y ha estado con él desde hace cinco años en buenas y malas.

Tras la relación de noviazgo tomaron la decisión de casarse, escogiendo la ciudad de Tijuana, a pocos metros de la valla que divide a México de Estados Unidos, ya que es lo más cercano al país vecino y a la ilusión que los unió.

Flor dijo sentirse contenta, emocionada, por todo el apoyo brindado por familia y amigos, y pese a que ella sí puede pasar a Estados Unidos sin problemas expresó su esperanza de que algún día lo hagan juntos y puedan vivir allí el resto de sus vidas.

Actualmente en la región de Tijuana se atiende a alrededor de 60 veteranos deportados, a quienes se les apoya para que obtengan su debida pensión. Sin embargo la mayoría sufren la falta de sus beneficios, según señaló Héctor Barajas Varela, activista en favor de los deportados.

"La mayoría de los compañeros con los que trabajamos cometieron un crimen, pero no todos; hay un porcentaje de muchachos que se les acabó la visa o no renovaron la residencia", comentó Barajas.

(Fuente: EFE)

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