La realidad, a veces, supera la ficción y este parece ser uno de esos casos. Este lunes 1 de febrero, desconocidos se acercaron a la oficina de Antonio Hazael Ruíz, subsecretario del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México. Lo sorprendente es que dejaron una narcomanta amenazante (pancarta utilizada como medio de comunicación por parte de los narcotraficantes) y una cabeza de cerdo.
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En el mensaje se acusa al funcionario de permitir la extorsión a reos en el Reclusorio Sur, por parte de otros presos, a cambio de una “renta semanal”. Además, se le exige que ponga orden con los comandantes, “se supone que deben estar en rotación para que no tengan nexos con delincuentes (...) ¿Es necesario que matemos custodios para que soluciones esto?”, afirma la pancarta.
Las imágenes fueron compartidas por el reportero Carlos Jiménez, quien también indica que tanto la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ya investigan el caso.
Otras dos narcomantas fueron colocadas a las afueras del Reclusorio Sur, junto a camionetas prendidas en fuego.
Al comienzo del mensaje también se señalaban los nombres de Ángel Rocha Sánchez, Rogelio Ruiz, Adriana Yusel Tapia Hernández y Brandon Pérez Flores.
Hazael Ruíz fue designado subsecretario del Sistema Penitenciario en 2018 y bajo su gestión se ha registrado 13 fugas de cárceles. La más reciente ocurrió la semana pasada, cuando tres internos de alta peligrosidad escaparon de la ZOna 1 del Reclusorio Sur. Uno de los fugitivos es pariente del “Chapo Guzmán”.
El Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) publicó un estudio que demostró que, en los reclusorios bajo la responsabilidad del subsecretario, el 80% de los familiares pagaban una cuota para comida a sus familiares, 57% pagaba por entrar al penal, y a 33% les cobraban por visitas conyugales.
Como parte de su investigación, el periodista Jiménez también compartió, vía Twitter, fotos de la que sería la celda de Brandon Pérez, uno de los mencionados en la narcomanta.
En estas se aprecian comodidades como una pecera, el acceso a un celular, cuadros de decoración y perfumes, entre otras cosas.
A propósito de lo ocurrido, vale la pena recordar que las bandas de narcotraficantes en México suelen recurrir a actos de intimidación contra funcionarios públicos, organizaciones criminales rivales y periodistas. Todo con el fin de ejercer su poder y control.
Una de las más conocidas por lo sangriento de sus atentados es el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Recientemente, algunos comerciantes del Centro Histórico de la Ciudad de México han denunciado ser víctimas de extorsiones por supuestos miembros de esta organización.
Algunos de los afectados comentaron al medio mexicano El Universal que, en al menos tres ocasiones, sujetos han amedrentado a trabajadores para que paguen el derecho de piso y si se negaban, quemarían su local. Hasta el momento, solo quedaron en tentativa.
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