Mafalda Secreto se siente feliz de estar libre, pero vive con miedo. Tras haber asesinado a su expareja en el 2019, la justicia argentina decidió absolverla del delito de homicidio al determinar que actuó en legítima defensa por ser víctima permanente de violencia de género.
Esta mujer, que pasó años en prisión, volvió a la casa de la localidad de Colón donde cometió el crimen, pero afirma que no se siente segura. Lejos de celebrar su libertad, Mafalda dio a conocer una inquietante denuncia, señala TN.
“No quiero hablar con nadie porque tengo miedo”, indicó la mujer a través de un audio que le hizo llegar a su abogada Raquel Hermida Leyenda. “A las chicas que salieron de testigo (en su caso por homicidio) las están llamando anónimos o golpeándoles la puerta”, denunció.
Una víctima permanente
El caso de Mafalda Secreto estremeció Argentina durante el 2019 y hoy volvió a ser noticia tras el fallo del tribunal del país.
La mujer conoció a José Luis Arenas a través de Facebook y al poco tiempo empezaron una relación. Se mudaron a vivir juntos, pero los actos de violencia física y psicológica no tardaron en aparecer.
Mafalda fue víctima de constantes amenazas y hostigamientos por parte de su expareja, lo que terminó destruyendo lentamente el amor que ambos se juraron al conocerse. El terror en el que vivía la mujer fue el principal obstáculo para separarse de él. Solo pensó en una salida.
La noche del crimen “él se pone en la cama, pone una de sus armas sobre su pecho y le dice que vaya a buscar algo a la cocina. Ella se levanta y sobre el escritorio ve la otra arma, vuelve al dormitorio y le dispara”, relató su abogada.
“Yo no era esa persona, él me convirtió en un trapo de piso”
Tras cometer el crimen, Mafalda fue a buscar ayuda a la casa de su hermano para deshacerse del cuerpo; sin embargo, lejos de conseguir un cómplice, el hombre se presentó ante las autoridades para denunciarla.
El cuerpo de Arenas fue hallado el 1 de junio de 2019 en una casa de Colón, localidad ubicada a 50 kilómetros de Pergamino (Buenos Aires). El hombre estaba descuartizado y tapado con la lona de una pileta en el fondo del terreno.
Los forenses hallaron una herida de bala en el maxilar derecho, que fue lo que le provocó la muerte.
“Yo no era esa persona. Yo era una mujer fuerte y de carácter y él me convirtió en un trapo de piso”, se lamentó Mafalda por aquel entonces durante una entrevista con la prensa.
La “única salida” del infierno
“Si no disparaba, era ella la que hoy estaba muerta”, indicó su abogada a modo de defensa, días antes de empezar el juicio. Con estos fundamentos y otras pruebas, Leyenda pidió la absolución de su cliente.
Los jueces del Tribunal Oral Criminal de Pergamino absolvieron a Mafalda por el asesinato su expareja, al considerar que quedó probado en el debate que la mujer actuó en legítima defensa.
“Le doy gracias a los jueces que me escucharon. Gracias a la justicia que me escuchó. Porque le pusieron atención a la perspectiva de género. Es terrible lo que sufrimos las personas abusadas”, señaló entre lágrimas la mujer al escuchar el veredicto.
A través de una carta, Mafalda señaló que “hoy, mi nombre es tristemente conocido por un homicidio que me vi obligada a cometer ante una situación excepcional y extrema. A pesar de ello no soy libre, mi expareja tenía muchos contactos por su actividad de narcotraficante. Me amenazaba con delincuentes y hasta con el mismo Ministerio Público. Importantes Estudios Jurídicos y Escribanías lo protegían”.
“Hoy siguen en riesgo mi familia y los testigos que declararon”, finalizó.