La muerte de Karina Blanco ha conmocionado Colombia. Con tan solo 15 años, fue violada, asesinada y lanzada a un río en Cáchira, en el Norte de Santander, el 3 de mayo.
Como presagiando que algo malo ocurriría cuando iba hacia su colegio San Francisco de Asís, decidió fotografiar a un sujeto que la seguía y enviarle la imagen a un familiar. Desde ese momento se perdió el rastro de la menor, informo El Tiempo.
Sin embargo, esa imagen fue decisiva al momento de ubicar al asesino. Una turba exacerbada de familiares, amigos y vecinos salieron a la caza del misterioso sujeto y lo encontraron caminando en una vereda por la zona.
Fue identificado como Alexander Carrillo, un migrante venezolano de 55 años de edad, quien confesó ser autor del crimen. Lo golpearon, furiosos los ciudadanos lo atacaron y con un arma blanca acabaron con su vida y la policía, que llegó momentos después y lo trasladó a la comisaría, no pudo salvarlo.
“La familia y una turba de este corregimiento salen en búsqueda de la persona que sale en las fotografías, la sacan de una finca y la van llevando hacia el municipio con el fin de lincharla”, dijo el coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía en Norte de Santander sobre el presunto agresor.
“La comunidad agrede a los policías y al sujeto con múltiples heridas, hasta que un familiar de la joven le causa una herida mortal y posteriormente fallece”, explicó el oficial.
Familiares, estudiantes amigos, y todas la comunidad lamenta la muerte de la joven, que tenía intención de estudiar piscología, tal como lo revela en una carta que escribió visualizando su futuro titulada “Mi proyecto de vida”.
“En un año me veo iniciando mi carrera en una universidad, sé que no es mucho, pero para mí sería la puerta principal para cumplir mis sueños. Comprarle esa casita a mamá que tanto desea. Ser una mujer llena de felicidad e independiente. (...) Mi proyecto a largo plazo es ser una gran psicóloga”, escribió Karina el 21 de abril.