Vladimir Putin ganó las elecciones rusas de forma aplastante este domingo, según un sondeo a pie de urna, tras una jornada marcada por las acusaciones de fraude formuladas por la oposición.
Tras el cierre de los últimos colegios electorales en el enclave ruso de Kaliningrado, en el centro de Europa, el primer sondeo del instituto oficial VTSiOM le daba al presidente ruso el 73,9% de los sufragios, un resultado mucho mejor que el 63,6% obtenido en 2012.
Vladimir Putin, de 65 años, que logró así un cuarto mandato y podrá permanecer en el poder hasta 2024, superó al candidato comunista Pavel Grudinin, que obtuvo el 11,2% de los votos, al ultranationalista Vladimir Jirinovski (6,7%) y a la periodista cercana a la oposición liberal, Ksénia Sobtchak (2,5%).
Los primeros resultados muy parciales (15% de los votos escrutados) le daban el 71,9% de los sufragios a Vladimir Putin y el 15,9% a Grudinin.
La tasa de participación era de casi el 60%, tres horas antes del cierre de los colegios electorales, según la Comisión Electoral Central (CEC).
El Kremlin había convertido la participación en su principal objetivo, con el fin de legitimar unas elecciones cuyo resultado no ofrecían ningún suspenso.
Pero el principal opositor, Alexei Navalni, apartado de las elecciones por una condena judicial, acusó al Kremlin de aumentar artificialmente la movilización rellenando las urnas u organizando el transporte masivo de electores hacia los colegios electorales.
"Necesitan participación. El resultado es que la victoria de Vladimir Putin con más del 70% (de los votos) se ha decidido de antemano", dijo Navalni a la prensa, asegurando que la participación real era inferior a la de 2012.
La oenegé Golos, especializada en la vigilancia de elecciones, ofreció un mapa de los fraudes en su sitio web, en el que denunciaba las irregularidades como el relleno de urnas, votos múltiples u obstáculos a la labor de los observadores
La presidenta de la Comisión Electoral, Ella Pamfilova, consideró sin embargo "que no había tanta irregularidades".
Las autoridades hicieron una campaña masiva de información e incitación al voto, facilitando el voto fuera de las circunscripciones de residencia pero también, según la prensa, presionando a funcionarios o estudiantes para que voten, sobre todo, por Vladimir Putin.
Según militantes de la oposición, la policía trasladó electores en autobús hacia los colegios electorales y se distribuyeron cupones de reducción entre los electores.
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