Los adolescentes de secundaria que viven en pequeñas ciudades de República Checa, se han apuntado para trabajar como voluntarios en los hospitales de su país y ayudar a detener la propagación de la pandemia de Covid-19.
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“Creo que es nuestro deber porque somos el futuro de los trabajadores de la salud”, afirmó a CNN Sásová, una adolescente de 18 años que asiste a un hospital ubicado en Kyjov, al este del país.
Estos jóvenes voluntarios tienen apenas 16 años; es decir, no pueden conducir, ni votar pero eso no fue impedimento para que tuvieran la iniciativa de asistir en los nosocomios luego de que las escuelas cerraran a causa de un rebrote de la pandemia.
En los últimos dos meses, la Republica Checa pasó de ser uno de los países con menos casos de coronavirus a tener más de 300 mil infectados, 15 mil de los cuales son miembros del personal de salud.
Voluntarios con urgencia
“La situación es muy grave. El sistema de salud checo nunca se enfrentó a un desafío semejante. Cada día hay un aumento de 1.000 trabajadores sanitarios enfermos. Somos 10 millones de personas en República Checa, este es un número serio”, comentó con preocupación a CNN el doctor Milan Kubek, presidente de la Cámara Médica Checa.
Ante el colapso del sistema de atención médica y sin poder brindar ayuda a los pacientes que padecen de otro tipo de enfermedades, las autoridades han decido llamar a miles de voluntarios. La respuesta no ha tardado en llegar, principalmente de estudiantes de medicina de todas las edades, jubilados y personas que no estén relacionadas a la medicina.
“Nos falta personal médico. Por supuesto que estamos agradecidos por cualquier ayuda. Sin embargo, las enfermeras calificadas son ahora las más importantes”, es lo que comenta a un medio checo, Jitka Samáková, directora del Hospital Regional de Karlovy Vary ubicado al occidente del país.
Según explicó el doctor Tomáš Gabrhelík, médico jefe de la UCI en Zlín, ciudad checa, lo más probable es que se tenga que pedir al 15% del personal médico que vuelvan a sus labores incluso si aún no han superado la enfermedad.
“Si la situación continúa de esta manera, hay grandes posibilidades de rechazar a nuevos pacientes antes del 2 de noviembre”, informó con pesar Gabrhelík.
Ayuda adicional
Ante el repentino giro, el ejército checo colaboró con los médicos. Instalaron un hospital de campaña, lo dotaron con personal médico y enfermeros militares, además proporcionaron 500 camas para el ingreso de nuevos pacientes.
La Guardia Nacional de EE.UU. ha prometido enviar una docena de doctores militares y la Unión Europea alrededor de 300. Sin embargo, es posible que sea la única ayuda que les llegue.
Y es porque cuando sus vecinos de Italia y España pidieron que enviasen personal médico como ayuda a inicios de año, República Checa se negó a aceptar dicha solicitud. El país envió camiones llenos de EPP, pero no a sus médicos. Ahora se sienten incómodos de preguntar por ayuda que ellos se negaron a dar.
Solo en un hospital se necesitarían 140 médicos y enfermeras para poder combatir de la mejor manera la segunda ola de coronavirus que atraviesa el país checo.
Adicional a todos esos problemas, República Checa está atravesando una crisis política. Solo en seis semanas han cambiado al ministro de salud en tres ocasiones diferentes. A uno de ellos lo obligaron a renunciar por incumplir sus propias restricciones frente a la pandemia.
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