Casi veinte horas después del naufragio de un barco con turistas surcoreanos en el río Danubio a la altura de Budapest (Hungría) en la noche del miércoles, las autoridades ven disiparse la esperanza de recuperar con vida a 21 desaparecidos, tras sacar del agua siete cuerpos muertos y hospitalizar a siete heridos.
No obstante, los equipos de rescate continuaban este jueves trabajando a contrarreloj en la difícil búsqueda de los náufragos, obstaculizada por las malas condiciones meteorológicas.
"A las 21.15 (hora local) llegó la información de que dos barcos chocaron y varias personas cayeron al agua", explicó hoy el oficial de policía Adrián Pál en una rueda de prensa en Budapest.
De momento, se desconocen las causas del siniestro, sobre las que se ha abierto una investigación, mientras que las autoridades han presentado una denuncia contra desconocidos "por causar accidente masivo y letal", añadió el coronel.
Su colega Zsolt Gábor Palotai informó de que ninguno de los turistas hallados muertos tenía puesto un chaleco salvavidas.
El barco "Hableány" (Sirena, en húngaro), que llevaba a bordo a 31 turistas surcoreanos (entre ellos un menor), dos guías y los dos miembros de la tripulación húngara, se hundió rápidamente tras colisionar minutos antes con otra embarcación más grande.
Siete pasajeros pudieron alcanzar a nado las orillas del río o fueron rescatados a tiempo, pero otros siete han sido hallados sin vida poco después del siniestro.
Desde entonces y hasta el momento el balance de víctimas permanece sin cambios, mientras que las tareas de rescate se han ido trasladando hacia el sur y fuera del territorio capitalino, hacia donde se supone el río arrastra los cuerpos.
Apenas media hora después de producirse el accidente se encontró un cadáver a tres kilómetros del lugar del choque.
Entretanto, las autoridades no solo han ampliado la búsqueda a todo el tramo húngaro del Danubio, donde han paralizado la circulación de naves, sino que se han puesto también en contacto con sus colegas de la vecina Serbia, por donde sigue el río en dirección al mar Negro.
"El frío del Danubio disminuye considerablemente las posibilidades de sobrevivir", advirtió hoy el portavoz del servicio de Ambulancias, Pál Györfi. La temperatura del agua no supera los 15 grados centígrados.
En una filmación grabada por una cámara de seguridad y mostrada a la prensa este jueves, se ve el choque de los dos barcos, que se produce cuando el "Hableány" navega hacia el norte y, al llegar al puente Margarita, cerca del emblemático edificio del Parlamento, le alcanza el "Viking".
El "Hableány" hace entonces una maniobra, de la que hasta el momento se desconocen las causas que la motivaron, que lo deja justo delante de la embarcación mayor y, tras ser embestido por ésta, se vuelca y se hunde en siete segundos.
Un equipo de buzos lo encontró más tarde a varios metros de profundidad.
Además de la fuerte corriente del Danubio, acelerada por la lluvia que cayó sobre el país en los últimos días, los equipos de rescate tienen también en contra las grandes cantidades de barro que remueve el caudal y oscurece el agua, lo que requiere del uso de sonares para detectar eventuales cadáveres, así como objetos y restos del barco.
El Danubio, que atraviesa la capital magiar marcando la delimitación entre sus dos partes -"Buda" y "Pest"-, mostraba esta tarde un rostro inusual, gris, revuelto y sin barcos, con apenas algunas lanchas policiales y de bomberos que sondeaban el agua oscura con sus sonares.
A sus orillas, decenas de curiosos soportaban el frío mientras sus ojos seguían los esfuerzos de los buzos para llegar al barco hundido y ver si allí habían quedado atrapados cuerpos humanos.
Pero los expertos estiman que se tardarán días, si no semanas, en sacar a flote las ruinas del "Hableány".
Mientras, Seúl, tras confirmar la nacionalidad de los turistas del grupo que hacía una excursión fluvial, ha anunciado el envío a Hungría de un equipo encabezado por la ministra surcoreana de Exteriores, Kang Kyung-hwa, quien será recibida por su homólogo magiar, Péter Szijjártó.
(Efe)