Feligreses del municipio brasileño de Goiatuba quedaron decepcionados luego que su pastor fallecido no resucitara al tercer día, tal como lo habría prometido en el 2008. Ellos llegaron en multitud a la funeraria donde se velaban los restos del difunto, pero el religioso no logró cumplir su promesa.
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El medio internacional RT señaló que Huber Carlos Rodrigues, quien falleció de COVID-19, prometió volver a la vida tres días después de morir. Un acto religioso en el que, según él, Dios actuaría para que su cuerpo y mente no se descompusieran como sucede en los demás casos de personas fallecidas.
“Mi integridad física tiene que ser preservada por completo, ya que estaré muerto por tres días, y al tercer día, resucitaré. Mi cuerpo durante los tres días no tendrá mal olor ni se descompondrá porque Dios mismo habrá preparado mi carne y mi cerebro para pasar por esta experiencia”, afirmaba el líder religioso.
Sus feligreses se aglomeraron a las afueras de la funeraria, en el estado de Goiás, en la noche del lunes hasta la madrugada del último martes 26 de octubre, esperando que el religioso cumpliera su promesa.
Las autoridades de Vigilancia Sanitaria presionaron para que la gente lo sepultara. Sin embargo, esperaron tres días y, para preservar las condiciones del cuerpo, mantuvieron al pastor en una cámara frigorífica.
El medio señaló que la familia del difunto había hecho todo lo posible por posponer su entierro, asegurando a las autoridades que él volvería a la vida a las 11:30 p.m. del lunes. Sin embargo, su cuerpo tuvo que ser trasladado en un coche fúnebre para ser enterrado antes que entrara en estado de descomposición.