Desde que Rusia decidió ejecutar un ataque frontal contra el territorio de Ucrania, diversos periodistas alrededor del mundo fueron testigos de los desastres que viene dejando este conflicto bélico. Es el caso de la argentina Sol Macaluso, quien realizó una sentida confesión.
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Una de las corresponsales encargadas de cubrir el éxodo de los ucranianos a otros países fue la periodista Sol Macaluso, quien durante estos últimos días se hizo bastante conocida luego que confesara que su camarógrafo le pidió que se llevase a su hija para que él pueda luchar por su país.
La reportera argentina, quien fue enviada por la cadena italiana Mediaset para cubrir la guerra, confesó públicamente la dura historia que hay detrás de quienes informan de la invasión de Rusia a Ucrania.
“Es especialmente sensible porque nos acercamos a la frontera, lo cual indica que la familia de mi cámara y mi guía cruzan y ellos se quedan aquí”, durante una transmisión en vivo con el programa de Ana Rosa.
Tras el estallido del conflicto el pasado jueves, la reportera fue enviada hacia la frontera de Ucrania para informar de la dramática situación que viven los ucranianos. “Sentimos muy de cerca el caos generado por los rusos...”.
“Tenemos gente que está en la frontera y nos va informando de la situación”, señalaba la reportera. De hecho, comentaba que las familias de sus compañeros, “al no tener acreditación de prensa deberán hacer mucha cola, estamos hablando de hasta 20 o 25 horas de cola”.
La confesión en vivo de Sol Macaluso
Durante su enlace, Macaluso se atrevió a confesar el pedido de su compañero ucraniano de cámaras: Le pidió que se llevara a su hija con ella mientras él se quedaba a luchar por su país.
“Nuestro cámara nos ha pedido muy emotivamente que nos llevemos a su hija, por favor. Y claro, ¿qué le vas a decir?”, confesó.
“Es muy duro que se tengan que quedar a defender a su país, dejar a su familia y que vengan y te digan ‘por favor, llévate a mi hija y hazte cargo de ella, que no le falte nada...”.
Entre lágrimas, la reportera reconoció que se hará cargo de la niña: “Es mi familia ahora, es mi hermana”.
En cuanto a su compañero y padre de la niña reveló que “tiene que volver a buscar a su mujer, que para poder continuar con nuestro trabajo ella se quedó a 40 kilómetros de Kiev, en una de las casas en la que nosotros pasamos la noche. Sus padres aún están en un refugio en Kiev, pero no quieren abandonar la capital”.
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