Los restaurantes más exclusivos de Kiev, la capital de Ucrania, dejaron de atender y cerraron cuando se inició la invasión rusa. Ya no cocinan sus platillos a la carta para turistas y en cambio ahora se dedican a alimentar a los soldados, a los voluntarios de las unidades de defensa territorial, a los ancianos y a los enfermos.
Con sopas de pollo y panes que preparan diariamente, un grupo de chefs de lujosos establecimientos gastronómicos decidieron ofrecerse como voluntarios y, junto a otros ayudantes, preparan alrededor de 20.000 almuerzos diarios, asegura el Kyiv Independent.
Estos locales están cerrados para sus clientes habituales. Sus ventanas se cubrieron con telas negras para dar la apariencia de que nadie las habita; sin embargo, sus cocinas trabajan las 24 horas al día para proveer de alimento a las fuerzas defensoras.
La mayoría de ellos tiene conocimientos en cocina, pero todo aquel que quiera apoyar es bienvenido. Algunos cocinan, otros sirven y los que quedan se dedican a entregar.
“Sentí que quería ayudar, pero no podía portar armas. Entonces, pensé que podía cortar papas. Todos pueden”, señaló Olga Romanchuk, de 23 años, quien dejó su trabajo en una empresa internacional que construye molinos de viento.
Pavlo Khrobust, de 25 años, trabajaba en un restaurante como cocinero, así que pensó que necesitarían ayuda.
“En lugar de una ametralladora, agarré un cucharón y un cuchillo”, señaló el joven al mencionado medio.
“Al principio, quería unirme a las fuerzas de defensa territorial. Pero me di cuenta de que no soy útil allí. Empecé a pensar qué podría hacer y pensé: ‘sé cocinar’”, continuó Pavlo.
“La buena comida mantiene el espíritu en alto. Los soldados hacen todo lo posible para que podamos dormir por la noche y nosotros hacemos todo lo posible para que ellos estén bien alimentados”, remarcó.
Un horno de pizza reconvertido en una panadería
Oleksiy Bilyk, tiene 21 años y trabaja en dos restaurantes en el centro de Kiev. Uno de estos establecimientos se convirtió en una panadería a la fuerza.
“Alguien dijo que podían traer mucha harina. Pensé en un enorme horno de pizza que tenemos en nuestro segundo restaurante y me di cuenta de que podemos usarlo para hornear pan”, señaló.
Tomando clases en internet aprendió a hornear todo tipo de panes.
“Lo entregamos a los hospitales y a las personas mayores solitarias”, señaló. En total hornea alrededor de 80 panes al día. “Aprendí algo nuevo. Hice algo para ayudar. Y me siento aliviado de que puedo ser útil”, dijo.
12 restaurantes se unieron para apoyar a su país
El Kyiv Independent señaló que ningún establecimiento fue mencionado por temor a represalias de las fuerzas invasoras, pero un total de 12 restaurantes que se unieron para ayudar a los civiles y militares ucranianos en medio de la guerra.
“Durante este momento difícil, todos logramos unirnos. Es algo tan ucraniano, nuestro lado fuerte es unirnos”, dijo Vlada Herasimchuk, la mesera que ahora se encarga de coordinar el movimiento voluntario en el centro de la ciudad.
“Hay muchas cocinas abiertas en el centro. Muchas personas asumieron roles de coordinadores. Recopilamos consultas en toda la ciudad y las pasamos entre nosotros para que la logística sea más conveniente”, señaló.