El alcalde de la sitiada ciudad portuaria de Mariúpol calculó el miércoles que 5.000 civiles han perdido la vida en la localidad, mientras que Ucrania seguía recolectando evidencia de atrocidades rusas a las afueras de Kiev y se preparaba para lo que podría convertirse en una batalla crucial por el control del este del país.
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Las autoridades ucranianas seguían recogiendo cuerpos de los destruidos suburbios de la capital en medio de reveladores indicios de que los soldados rusos asesinaron indiscriminadamente a civiles antes de replegarse en los últimos días.
En otros frentes, Estados Unidos y sus aliados occidentales se preparaban para imponer nuevas sanciones sobre el Kremlin por lo que catalogaron como crímenes de guerra
Además, Rusia completó el repliegue de al menos 24.000 efectivos de las zonas de Kiev y Cherníhiv, en el norte, enviándolos hacia Bielorrusia o Rusia para reabastecerse y reorganizarse, indicó un funcionario de Defensa de Estados Unidos que habló bajo condición de anonimato.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski advirtió que Moscú está reorganizando sus refuerzos e intentará adentrarse en el este del país, donde se encuentra el Donbás, el corazón industrial de Ucrania de mayoría rusohablante que el Kremlin ha dicho que pretende “liberar”.
“Se está decidiendo el destino de nuestra tierra y nuestro pueblo. Sabemos por lo que estamos luchando. Y haremos todo para ganar”, aseguró Zelenski.
Las autoridades ucranianas instaron a los residentes del Donbás a evacuar antes de la inminente ofensiva rusa, mientras aún hay tiempo.
“Más adelante, los habitantes será atacados”, afirmó la viceprimera ministra Iryna Vereshchuk, “y no podremos hacer nada para ayudarlos”.
Un funcionario occidental, que habló bajo condición de anonimato a fin de discutir evaluaciones de inteligencia, dijo que a las castigadas fuerzas rusas podría tomarles hasta un mes reagruparse para una ofensiva a gran escala en el este de Ucrania.
El alcalde de Mariúpol, Vadym Boichenko, dijo que de los más de 5.000 civiles que han muerto luego de varias semanas de ofensiva rusa, 210 eran niños. Aseguró que las fuerzas rusas atacaron hospitales, incluyendo uno en donde 50 personas murieron quemadas.
Boichenko indicó que más del 90% de la infraestructura de la ciudad ha sido destruida. Los devastadores ataques contra el puerto estratégico ubicado en el Mar de Azov han dejado a la ciudad sin suministro de agua, comida, combustible y medicamentos, además de que residencias y comercios han quedado destrozados.
Funcionarios de Defensa del Reino Unido aseguraron que 160.000 personas siguen atrapadas en la ciudad, que antes de la guerra tenía 430.000 habitantes. Una caravana de ayuda humanitaria acompañada por la Cruz Roja ha intentado sin éxito ingresar en la ciudad desde el viernes.
Tomar el control de la ciudad le permitiría a Rusia crear un corredor terrestre continuo hacia la península de Crimea, que Rusia se anexó de Ucrania en 2014.
En tanto, en las calcinadas y silenciosas calles de Bucha y de otras localidades aledañas a la capital ucraniana de donde las fuerzas rusas se replegaron, los investigadores intentan documentar lo que parece una masacre de civiles. Algunas de las víctimas recibieron disparos a quemarropa. Algunas otras fueron encontradas con las manos atadas o con quemaduras en la piel.
En un cementerio de Bucha, los trabajadores comenzaron a colocar en un camión de transporte de alimentos más de 60 cuerpos que aparentemente han sido recogidos en los últimos días para ser enviados a una instalación para que se practiquen análisis adicionales.
Aún hay cuerpos por recoger en Bucha. The Associated Press vio dos cadáveres dentro de una residencia en un vecindario que permanecía en silencio. De vez en cuando se escuchaba el estruendo de los trabajadores que despejaban la localidad de minas y artefactos sin explotar.
En Andriivka, una población ubicada unos 60 kilómetros (40 millas) al oeste de Kiev, dos policías de la localidad cercana de Makariv acudieron el martes para identificar a un hombre cuyo cadáver yacía en un campo junto a las huellas de algunos tanques. Las autoridades descubrieron 20 cuerpos en la zona de Makariv, indicó la capitana Alla Pustova.
Los residentes de Andriivka dijeron que los rusos llegaron a la zona a principios de marzo y les quitaron los teléfonos a los locales. Algunas personas fueron detenidas y posteriormente liberadas. Se desconoce el paradero de otras. Algunos habitantes contaron cómo se resguardaron durante semanas en los sótanos que utilizaban generalmente para almacenar vegetales durante el invierno.
Mientras la sexta semana de combates se acercaba a su final, los soldados se fueron y algunos camiones blindados de transporte de personal, un tanque y otros vehículos rusos quedaban destruido en ambos lados de un camino que atraviesa la aldea. Varias construcciones quedaron reducidas a pilas de ladrillos y metal retorcido. Los residentes tuvieron que soportar la falta de calefacción, electricidad o gas para cocinar.
“Al principio estábamos asustados, ahora estamos histéricos”, dijo Valentyna Klymenko, de 64 años. Ella, su esposo y dos vecinos sobrevivieron al asedio durmiendo sobre sacos de papas cubiertos con colchones y cobertores. “Al principio no lloramos. Ahora lloramos”.
Al norte del poblado, en la localidad de Borodyanka, cuadrillas de rescate recorrían los escombros de edificios residenciales en busca de cuerpos. Cuadrillas antiminas trabajaban cerca.
El Kremlin ha insistido en que sus tropas no cometieron crímenes de guerra, asegurando que las imágenes de Bucha son un montaje por parte de los ucranianos.
Luego de que sus intentos de tomar rápidamente el control de la capital se vieron frustrados, un número creciente de soldados rusos y mercenarios se han ido desplegando hacia el Donbás, según varios reportes.
Al menos cinco personas murieron por ataques rusos el miércoles en la región de Donetsk, en Donbás, informó el gobernador Pavlo Kyrylenko, quien exhortó a la población a evacuar hacia zonas más seguras.
Los soldados rusos también atacaron un depósito de combustible y una fábrica en la región de Dnipropetrovsk, al oeste de Donbás, indicaron las autoridades. Además, la artillería rusa provocó incendios en al menos 10 edificios y un centro comercial en la localidad de Sievierodonetsk, reportó el gobernador regional. No hubo reportes inmediatos de víctimas.
Las fuerzas ucranianas han combatido a separatistas prorrusos en el Donbás desde 2014. Antes de la invasión del 24 de febrero, el presidente ruso Vladimir Putin reconoció a las regiones de Luhansk y Donetsk como Estados independientes.
Según las autoridades ucranianas, se han descubierto los cuerpos de al menos 410 civiles en distintos poblados cercanos a Kiev, y periodistas de The Associated Press en Bucha contaron decenas de cadáveres con ropas de civil y entrevistaron a ucranianos que dijeron ser testigos de las atrocidades.
En un discurso en video ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Zelenskyy dijo el jueves que los civiles han sido violados, torturados, ejecutados, arrojados dentro de pozos, asesinados con granadas dentro de sus apartamentos y aplastados por tanques mientras estaban en sus vehículos.
En respuesta a las supuestas atrocidades, Estados Unidos anunció sanciones en contra de las dos hijas adultas de Putin y señaló que endurecerá sus medidas contra los bancos rusos. Gran Bretaña prohibió las inversiones en Rusia y se comprometió a poner fin a su dependencia en el carbón y petróleo rusos antes de que concluya el año.
La Unión Europea también tiene previsto tomar sanciones adicionales, incluyendo un embargo al carbón.
En otras partes de Ucrania, el grupo Médicos Sin Fronteras señaló que miembros de su personal vieron el lunes un ataque contra un hospital oncológico en un distrito residencial en la ciudad de Mykolaiv, en el sur del país. La organización indicó que se trata del tercer ataque conocido en los últimos días contra un hospital de la localidad portuaria, cuya caída sería clave para darle a Rusia control de la costa del Mar Negro.
Médicos Sin Fronteras señaló que no tiene un número preciso de muertos, pero que su equipo vio un cuerpo.
Fuente: AP