Un joven de 19 años le clavó un crucifijo en la garganta y mató a un sacerdote que presuntamente había abusado de él, en Agnetz (Francia). El muchacho, identificado como Alexander V, quien se encontraba en la casa del sacerdote Roger Matassoli, de 91 años, le provocó una muerte por asfixia. La policía capturó al homicida.
Matassoli fue acusado de abusar de al menos cuatro niños, entre ellos al joven y su padre, entre 1960 y 2000. Pese a las sospechas, el sacerdote continuó en la nómina de la Iglesia Católica hasta 2018.
Aunque tuvo varias acusaciones, Matassoli fue trasladado tres veces de diócesis, de Clermont a Saint Andre Farivillers y de allí a Agnetz.
El obispo Jacques Benoit-Gonnin declaró a los medios franceses que el sacerdote había sido apartado de sus tareas en la iglesia en 2009, pero recién diez años más tarde y tras la declaración de dos de sus víctimas fue apartado de su cargo.
Pese a las acusaciones, Matassoli siguió cobrando su nómina por un “un error eclesiástico”, según Benoit-Gonnin.
Alexander V trabajaba en la casa del sacerdote como ayudante en tareas de limpieza, y aprovechó un descuido del cura para asesinarlo.
El nombre completo del homicida no ha trascendido, solo se conoce su nombre de pila. El sujeto fue acusado de tortura, asesinato y resistencia contra la autoridad durante su detención. Alexander sostuvo que no recuerda nada de lo sucedido mientras las autoridades siguen investigando.