Más de 90 elefantes muertos, a los que habían arrebatado sus colmillos, fueron encontrados en Botswana. La mayoría fueron asesinados por balas de gran calibre en manos de cazadores furtivos relacionados a mafias que trafican con marfil.
La ONG 'Elefantes sin fronteras' y el ministerio de Fauna y Parques Nacionales de dicho país reunieron estas cifras tras realizar un recuento aéreo de la población paquidérmica de Botswana.
"La mayoría fueron asesinados por balas de gran calibre", continuó el defensor de faunas. "Se trata del episodio más grave de caza furtiva en África que jamás haya conocido", añadió.
Situado entre Zambia y Sudáfrica, Botswana alberga la población africana más grande de elefantes en libertad, estimada en 2015 en 135.000 animales.
Botswana, convertido en un paraíso para los aficionados de safaris de lujo, cuenta con una de las legislaciones más severas en materia de protección de fauna y medioambiente a nivel mundial.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que el lucrativo tráfico de marfil es la causa de la caída en picada de la población de elefantes africanos, que en la última década ha disminuido de 415.000 a 111.000.
EL DATO: Estudios de la UICN revelan que cada año alrededor de 30.000 paquidermos son víctimas de caza furtiva.