¡Mucho cuidado con las apariencias! Nancy Moronez era considerada una apacible niñera que se ganó el cariño, el respeto y la confianza de varios padres de familia que la dejaron a cargo del cuidado de sus hijos sin sospechar el macabro plan que ella tenía preparado para cada una de las criaturas que encontraron terrible muerte en sus manos.
¿Cómo se supo que Nancy Moronez era la niñera del terror? Fue su hija la que la denunció ante las autoridades y contó con horror cómo su madre asesinó a tres inocentes criaturas mientras las cuidaba, entre ellas a su propio hijo. ¿La razón? No soportaba que los bebés lloren sin razón alguna. A cada víctima la ahogó de tal manera que nadie sospeche de ella y los médicos solo certifiquen: muerte súbita infantil.
El pasado viernes Nancy Moronez fue imputada por los tres crímenes. "No puedo cuidar a niños que lloran constantemente", fue una de las frases que dijo la mujer de 60 años en su declaración.
Sobre el asesinato de su propio hijo, Nancy Moronez narró con total sangre fría cómo lo mató: el pequeño había comenzado a llorar sin ningún motivo. Llamó a su pediatra y la enfermera que la atendió le dijo que tan solo era un mal día del bebé. Al llegar a casa, la mujer le dio un baño para tranquilizarlo, lo hundió y sintió "cómo se retorcía bajo el agua". Luego, lo secó, le colocó pañales nuevos, lo vistió y llamó al 911. La autopsia determinó que murió por muerte súbita.
Con los otros bebés, Nancy Moronez confesó sin inmutarse cómo los asesinó: Al de seis meses, como no lograba calmarlo tomó una manta y lo sofocó hasta que la criatura dejó de respirar. Un año después repitió el mismo método con la bebé de once semanas y otro más.
Se prometió a sí misma no contarle a nadie de sus crímenes, pero un día decidió confesar ante su hija y ella resolvió denunciarla, pues no entendía la razón que llevó a su madre a cometer estos crueles crímenes: "No soporto vivir con una asesina", dijo a las autoridades.