"¡Vamos a roquear!", fueron las últimas palabras de Edmund Zagorski, de 63 años, que fue el primer convicto de Estados Unidos en morir en la silla eléctrica, convirtiéndose en el primero en más de diez años en fallecer de ese modo en ese estado.
La ejecución sucedió este jueves en la ciudad de Nashville, en el estado de Tennessee, Estados Unidos. Edmund Zagorski fue sentenciado a la pena máxima en 1984, por balear y cortar la garganta a dos hombres que se disponían a comprarle 45 kilogramos de marihuana en abril del año anterior.
Una apelación de 11 horas ante la Corte Suprema de los Estados Unidos fue denegada.
A Zagorski lo declararon muerto tras recibir dos descargas eléctricas en la Institución de Máxima Seguridad Riverbend, en Nashville, según notificó el Departamento Correccional de Tennessee, en Estados Unidos.
Preguntado por el director de la prisión por unas últimas palabras, el reo dijo: "Let's rock" ("Vamos a roquear").
Fue entonces cuando Zagorski recibió una primera descarga de 1750 voltios durante 20 segundos, seguida por una pausa de 15 segundos y una segunda descarga también de 1750 voltios de 15 segundos antes de ser declarado muerto.
La de Zagorski fue la primera ejecución con silla eléctrica en Estados Unidos desde 2013 y la primera en Tennessee desde 2007.
Tennessee y otros ocho estados de la Unión, en Estados Unidos, conservan todavía la silla eléctrica como método secundario de ejecución en caso de que los presos la prefieran a la inyección letal, que es la primera opción en todo el país.