La crisis de los opiáceos agobia Estados Unidos, por lo que Nora Sheehan, de Rehoboth Beach, Delaware, decidió ponerle rostro: el de su hijo fallecido por las drogas.
La mujer compartió una foto acariciando el cadáver de su hijo Andrew Jugler, que cayó en las adicciones y falleció el pasado octubre a los 29 años.
"Sosteniendo a mi hijo muerto en mis brazos, esta es la imagen de la adicción… Esto es lo que pasa", indicó la mujer en una imagen que se viralizó en redes sociales.
Aunque Andrew era un tipo muy querido por su familia, poco a poco se fue metiendo a las drogas fuertes: comenzó su adicción tomando el analgésico oxycotin, pero gradualmente pasó a la heroína y el fentanyl.
Su familia intentó ayudar a Andrew a dejar las drogas, pero fue en vano cuando abandonó su casa y se mudó al bosque con un grupo de amigos que también eran adictos.
En una entrevista con Daily Mail, Nora Sheehan contó que su hijo saltó del auto cuando quiso llevarlo a rehabilitación: "Paré y comencé a gritar, le pregunté: '¿Dónde quieres ser enterrado?'".
Andrew fue hallado muerto por sobredosis, pero su familia recién pudo verlo dos días después. Las autoridades le advirtieron a Nora que el cadáver de su hijo estaba en descomposición y debía prepararse para un fuerte olor durante los servicios fúnebres.
"Fue lo último que me pasó por la mente, yo solo quería abrazar a mi hijo", dijo la mujer.
Andrew también era muy querido entre sus amigos, que llegaron al funeral. Su madre quiso que lo vieran en su ataúd para crear conciencia sobre los graves efectos de las adicciones.
"Espero que compartir esta imagen tenga un impacto en los adictos, pero mi mayor esperanza es que el resto de nosotros dejemos de ser ajenos al problema", indicó la angustiada madre.
"Nunca pensé que la heroína y el fentanilo estuvieran tan presente en mi comunidad como está, es una epidemia", concluyó Norah, quien espera que con la imagen genera conciencia sobre los opiáceos en Estados Unidos.