Después de 25 años, la familia del fallecido Christopher Alvin Dailey pudo tener algo de paz, cuando repentinamente un hombre llamó a la policía para confesar que, en 1995, lo había asesinado y dejado su cuerpo en un bosque de Alabama, Estados Unidos, según The New York Times.
Johnny Dwight Whited, de 53 años, quien padece de una enfermedad terminal, levantó el teléfono el miércoles para marcar al Departamento de Policía de Decatur y decir que era él quien había “apretado el gatillo”, y ofrecer su ayuda en un caso que nunca se llegó a resolver.
“Pensé que podría ser una broma, pero rápidamente descubrimos cuál era la verdadera situación”, comentó el investigador de crímenes violentos de la policía de Decatur, Sean Mukaddam.
Inmediatamente después de la llamada de White, el policía rebuscó entre los archivos y descubrió el caso de asesinato por un disparo en la cabeza el 26 de abril de 1995. Si bien los oficiales estuvieron lejos de encontrar el cuerpo en ese momento, sí hallaron su auto Toyota Tercel en el río Tennesse.
“A pesar de la extensa investigación, nunca se tuvo ni siquiera un sospechoso por el caso. En los años que siguieron, el caso fue revisado varias veces en busca de pistas, pero nunca se había encontrado un culpable”, se leía en un comunicado de la policía. En contraste, de acuerdo con el diario local Decatur Daily, la policía dijo que había arrestado a una persona tiempo después del asesinato.
Después de confesar, Whited fue arrestado y permanece detenido bajo una fianza de 15.000 dólares. Su participación como homicida confeso aún se encuentra en etapa de investigación; en el informe oficial, no se especifica cuál fue el móvil del asesinato.
Aunque el asesino quiso “quitarse un peso de encima”, la familia del joven de 26 años, Christopher, difícilmente podrá dormir tranquila luego de haber experimentado el trauma de ver el cuerpo de su hijo en un bosque, descubierto por un adolescente y una niña que exploraban el lugar.
El detective Sean Mukaddam comentó que los investigadores dedicaron muchas horas a la búsqueda del culpable, pero no encontraron ninguna pista. Esta vez, Whited los guio en sus pasos hacia la escena del crimen. Caminaron poco más de un kilómetro hasta el lugar donde el homicida reveló que había disparado al joven.
Durante el proceso de búsqueda tras la confesión, la policía reconoció en el expediente de Dwight tenía varios arrestos por tráfico de drogas; en una oportunidad, la posesión de una pipa de crack (cocaína) menos de tres semanas después del asesinato al joven, reportó CBS News.