Jennifer jamás se esperó que los piercings que se hizo en las orejas hace 11 años le fueran a generar tanto dolor y hasta la obligaran a realizarse una operación que terminó mutilandola.
Cuando tenía 18 años, la joven de Philadelphia, Estados Unidos, decidió perforarse ambas orejas como muchas chicas de su edad. Más de una década después, los piercings comenzaron a molestarle.
Aunque nunca le incomodaron, las perforaciones se le empezaron a hinchar el año pasado y cada vez el dolor era más insoportable. "Eran increíblemente dolorosos y pesados", dijo la joven según consignó 9Gag.
Jennifer acudió a un médico que no supo decirle lo que estaba padeciendo. Es así que le pidió ayuda a la famosa dermatóloga Sandra Lee, más conocida como la Dra. Pimple Popper.
La especialista, que cuenta con un concurrido canal de YouTube y un programa en TLC, le explicó que tenía queloides, unas lesiones en la piel formadas por el crecimiento exagerado del tejido cicatrizal en el sitio de una lesión cutánea, como heridas, vacunas, quemaduras, acné y piercings.
La Dra. Pimple Popper le advirtió a Jennifer que sus queloides continuarían creciendo y que la única solución era una cirugía. Sin embargo, también le dejó claro que sus orejas podrían quedar deformes y que las cicatrices podrían volver a aparecer.
Tal era el dolor que sentía que no le importó las consecuencias. "Sentía que me iba a explotar la cabeza. Me preocupaba que siguieran creciendo", dijo la joven en un adelanto del programa de la Dra. Pimple Popper en TLC.
La experta tuvo que remover los tejidos de sus orejas y practicarle un trasplante de piel para volver a darles forma. "No lo puedo creer, son seguramente los queloides más grandes que vi en toda mi carrera. Incluso tuve que sacar más piel de la que originalmente esperaba", dijo la doctora al diario The Sun.
En total, la Dra. Pimple Popper tuvo que extraer 400 gramos de queloides de las orejas de Jennifer. Ahora, la joven tiene que acudir a terapias de rayos para evitar que le vuelvan a aparecer, aunque se siente mucho más tranquila ya que no tiene dolores de cabeza, molestias ni vértigo.