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Najuma Smith-Pollard tiene claro que ser una mujer afrodescendiente viviendo en Los Ángeles, EE.UU., no es fácil, por lo que trata de educar a sus hijos de manera constante sobre los peligros de ser una minoría en un país lleno de crímenes de odio, simplemente por ser de otro color.

Para ello, como muchas familias afrodescendientes, pone en práctica ‘la charla’, una conversación “tremendamente personal” que va adquiriendo nuevos matices a medida que los hijos crecen y que trata sobre los peligros raciales a los que pueden ser sometidos por policías o personas blancas en general.

“Te lo voy a definir como madre, como una madre que ha criado a cuatro hijos negros: ‘la charla’ tiene que ver con la seguridad personal, con las cosas que pueden hacer para regresar a casa vivos”, señala durante una entrevista con la .

“Es una conversación continua entre padres e hijos sobre (cómo garantizar) su seguridad personal pública al navegar por la vida interurbana”, explica Pollard, líder comunitaria al en el Centro para la Religión y la Cultura de la Universidad del Sur de California (USC, por sus siglas en inglés).

Como madre de hijos negros que viven en la ciudad, les tengo que hablar de policías y de criminales, porque hay gente en nuestros barrios que simplemente no tiene buenas intenciones. Les tengo que enseñar cómo relacionarse con las fuerzas del orden, pero también a navegar por la vida en general”, añade.

Un hombre toma una fotografía de un monumento improvisado cerca de una tienda Tops Grocery en Buffalo, Nueva York, el 15 de mayo de 2022, el día después de que un hombre armado matara a tiros a 10 personas.  (Foto de Usman KHAN / AFP)
Un hombre toma una fotografía de un monumento improvisado cerca de una tienda Tops Grocery en Buffalo, Nueva York, el 15 de mayo de 2022, el día después de que un hombre armado matara a tiros a 10 personas. (Foto de Usman KHAN / AFP)

La charla

La primera charla que tuvo con su hijo mayor, Daniel, fue cuando este tuvo 13 años. Cursaba séptimo grado y fue asaltado por unos pandilleros cuando iba de camino a la biblioteca con un compañero.

“Tuve que decirle: ‘Cuando tú y tu amigo anden en la calle, tienen que prestar atención a quién tienen alrededor”.

Esta conversación se hacía una constante a medida que el joven iba creciendo, pero tuvo otro matiz cuando obtuvo su licencia de conducir. “Cuando empezó a manejar tuve que empezar a hablar con él sobre qué hacer y qué no si te detiene la policía”, relata.

Vivimos en Los Ángeles, en el sur de la ciudad. No tienes que estar haciendo nada malo para que te detengan. Es posible que digan que pares y se inventen unos cargos de los que eres sospechoso. Tienes que saber que tienes tus derechos”, recuerda que le dijo.

“No debes dejar que nadie te registre si no tiene una orden. No tienes que contestar a ninguna pregunta, eres menor. Puedes llamar a tu madre; puedes hacer que me llamen inmediatamente. No tengas miedo si quieren llevarte a comisaría. No pelees. No corras”, enumeró.

“Diles tu nombre y muéstrales tu documento de identidad. Eso es todo lo que les tienes que dar y es mejor que se lo des, para que puedan revisar y vean que no tienes ningún historial”.

Daniel pudo poner en práctica lo dicho por su madre las cuatro veces en las que fue detenido de manera errónea como víctima de una caracterización racial.

“Siempre estuvimos listos. Y a lo que me refiero es que estuvimos listos con abogados, dinero para la fianza y todo eso, porque no confío realmente en la policía. Simplemente le enseñamos (a Daniel). Teníamos un hijo negro y era hermoso. No fue un trabajo fácil criarlo de forma segura en Los Ángeles. Y créeme que pensaba que, una vez se hiciera adulto, no tendría nada de lo que preocuparme, hasta que le disparó y mató alguien que simplemente estaba teniendo un muy mal día”, lamentó.

Estadísticas que preocupan

Desde el año 2000 en Los Ángeles, donde vive Pollard con sus 4 hijos, al menos 968 personas murieron a manos de la policía estadounidense, según los registros médicos forenses que obtuvo Los Angeles Times. Casi el 80% eran negros o latinos, casi todos hombres.

Según el registro que The Washington Post lleva desde el 2015 sobre disparos perpetrados por la policía, el 24% de los más de 5.000 incidentes mortales, el muerto resultó ser afroestadounidense.

La Universidad de Stanford realizó un estudio durante el 2020 y descubrió que los afrodescendientes tienen un 20% más de probabilidades de ser parados por la policía cuando van conduciendo.

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