Tuvo que pasar casi 32 años para que la justicia estadounidense exonerara de prisión a Joaquín Ciria, un latino que fue encarcelado en 1990 por un crimen que no cometió. Durante todo este tiempo, el hombre no descansó hasta lograr demostrar su inocencia.
Gracias al apoyo del Proyecto de Inocencia del Norte de California (NCIP, por sus siglas en inglés), Ciria logró recuperar su libertad y no descartó presentar una demanda contra el Estado por inculparlo injustamente, señala USA Today.
El NCIP demostró ante el juez superior Brendan Conroy que la policía solo se basó “en rumores” para señalarlo como el responsable del asesinato de Félix Bastarrica en San Francisco.
En 1990, Bastarrica se encontraba inmerso en una discusión en un callejón del mencionado estado. En medio de la pelea, el hombre recibió múltiples disparos y uno de ellos apuntó a su cabeza.
En el momento del fatal ataque, Ciria se encontraba en su casa.
El hombre fue inculpado por el verdadero asesino, quien buscaba librarse de prisión y empezó a lanzar rumores señalando a Ciria como el culpable del crimen. Incluso utilizó a terceros para apoyar esta falsa teoría.
Tal como detalla el medio, el criminal era un conocido en común tanto de la víctima como del acusado.
Durante uno de los juicios para liberar a Ciria de la cárcel, al menos dos testigos admitieron que mintieron al señalarlo como el asesino de Bastarrica. Un tercer testigo reveló que el verdadero criminal le contó la verdad del caso.
Estas afirmaciones ayudaron al juez Conroy a tomar una decisión a favor del hombre y, aunque ofreció a la fiscalía un nuevo juicio, prefirió que los cargos contra este latino fueran retirados.
Según el NCIP, el próximo paso es lograr que se le declare inocente para así poder presentar una demanda con el fin de reclamar una compensación económica de hasta 140 dólares por cada día que estuvo preso.
Familia agradece exoneración
Según detalló Univisión, la familia de Ciria aseguró no estar enojada por la sentencia contra el hombre; por el contrario, agradeció que finalmente su esposo pueda vivir en libertad al lado de ellos.
Yojana Paiz, esposa del hombre, señaló que cuando Ciria fue encarcelado, su hijo Pedro tenía días de nacido y la única relación que tuvo con su padre fue a través de las visitas carcelarias.