Después del 1 de septiembre de 2021, fecha en que se aprobara la nueva Ley del aborto en Texas, Estados Unidos, decenas de mujeres comenzaron a viajar a las clínicas de los estados más próximos del país para interrumpir su embarazo.
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En Luisiana, durante el último sábado, más de una docena de mujeres llegaron al Hope Medical Group for Women; un edificio de ladrillo de un solo piso al sur del centro de Shreveport. Según la agencia de Noticias AP, algunas llegaron solas, otras iban acompañadas de un amigo, incluso varias llevaron a sus hijos porque no pudieron conseguir quién los cuidara.
Todas llegaron al nosocomio con el mismo objetivo. La mayoría de ellas es proveniente de Texas, estado que prohíbe los abortos una vez que se detecta la actividad cardíaca, después de unas seis semanas. La ley no hace excepciones por violación o incesto. Como consecuencia de ello, las clínicas de aborto en los estados más cercanos muchas veces colapsan por la cantidad de sus visitantes.
Una mujer de 33 años, que tiene 3 hijos entre 12 y 17, dijo que trató de programar un aborto más cerca de casa (en Texas), pero su estado de gestación tenía más de 6 semanas. Cuando llegó a la clínica para el aborto el sábado, tenía apenas nueve semanas y tuvo que someterse a un aborto quirúrgico en lugar de usar medicamentos. Ella declaró a la prensa que se encuentra muy enojada con los políticos de Texas que aprobaron la ley.
Otro caso, el de una mujer de 25 años, conmocionó a los médicos del lugar. Ella viajó unas 70 millas, desde Texarkana, en la frontera de Texas y Arkansas, hasta Shreveport. Al darse cuenta de que ya tenía 5 semanas de gestación le resultó imposible separar una cita en una clínica de Texas por el tiempo que se iban a tardar en atenderla. Para cuando pudo llegar al Hope Medical su embarazo estaba casi demasiado avanzado para un aborto con medicamentos. “Afortunadamente me enteré cuando lo hice, porque entonces todavía podía tomar la píldora en lugar de la cirugía”, dijo a AP.
Antes de ingresar a la clínica en Luisiana, las mujeres fueron recibidas por manifestantes contra el aborto, en su mayoría provenientes de Texas. Ellos viajan de manera regular a la clínica para evitar que las mujeres cumplan su objetivo.
John Powers, de 44 años, un maquinista de Jacksonville, Texas, dijo a AP que normalmente hace el viaje de casi dos horas dos veces al mes con el objetivo de que cualquier mujer cambie de opinión. En los 13 años que ha estado protestando frente a las clínicas, dice que ha convencido a dos mujeres de que no sigan adelante con sus abortos, a los que él llama “cambios”.
“No voy a decir que pasa mucho”, dijo Powers, quien tiene seis hijos y apoya cualquier ley que dificulte que las mujeres aborten.
Kathaleen Pittman, administradora de la clínica y quien trabaja practicando abortos desde hace 30 años, señaló que tiene muchas historias que son preocupantes. Dijo que recientemente habló con una madre quien intentaba que su hija de 13 años interrumpiera su embarazo. Ella había sido agredida sexualmente.
“Es una niña”, dijo Pittman. “No debería tener que estar en la carretera durante horas para llegar aquí. Es absolutamente desgarrador”. “Ahora las mujeres vienen a cientos de millas desde Austin, Houston o San Antonio”, señaló.
La campaña contra el aborto en Texas tiene como objetivo llegar a la Corte Suprema de Estados Unidos, donde los opositores al aborto esperan que la coalición conservadora reunida bajo el liderazgo del expresidente Donald Trump ponga fin al derecho constitucional al aborto establecido por el histórico fallo Roe v.Wade de 1973.
Aproximadamente 55,440 abortos se realizaron en Texas en 2017, según los datos más recientes disponibles del Guttmacher Institute, una organización de investigación que apoya el derecho al aborto, aunque algunas de esas pacientes pueden haber sido mujeres de fuera del estado. Los abortos realizados en Texas representan más del 6% de todos los abortos en los EE.UU., Informó Guttmacher a la AP.