Rosa, la peruana de 33 años que había ocupado la vivienda donde trabajaba tras morir la dueña por coronavirus, abandonó durante la madrugada de este viernes el inmueble en Leganés, España, informaron medios españoles.
De acuerdo con “El Mundo” y “ABC”, la asistenta de la anciana fallecida iba a irse de la vivienda el lunes, día que había acordado con los familiares y la empresa Desokupa, que buscaba desalojarla del piso cuanto antes.
La cuidadora había firmado un documento en el que indicaba que abandonaba la casa y que no faltaba absolutamente ninguna de las pertenencias de la anciana de 75 años de nombre Pilar.
Luego de varios días de manifestaciones de los vecinos e intentos fallidos en la negociación, los abogados de la familia con la ayuda de la policía española habían logrado que Rosa se comprometa a marcharse de la vivienda “sin dinero ni otras contraprestaciones”.
Supuestamente, la peruana había pedido una cantidad de dinero para irse de la vivienda.
El caso y los pasos a seguir
El caso inició en el mes de marzo de este 2020, en el momento más duro de la pandemia. Pilar, una mujer de 75 años falleció el 30 por posible coronavirus, según indica el acta de defunción.
Rosana, la hija de Pilar que vive en otra vivienda, resultó contagiada y pasó 40 días en el hospital más otros dos meses en rehabilitación. Tras recuperarse, Rosana se enteró que Rosa había ordenado la incineración de Pilar diciendo que “no tenía hijos”. Incluso, la peruana cambió el nombre de la septuagenaria con un supuesto poder en las boletas de luz y agua de la casa y los seguros.
“El Mundo” informó que la familia presentó una denuncia ante la policía por usurpación de vivienda y suplantación de identidad contra la peruana y otra contra la funeraria que realizó la cremación sin el permiso de un familiar y por la profanación de cadáver.
Por otro lado, la pareja de Rosana, Juanjo, ha manifestado que “no le cuadra” que Pilar pudiera morir de coronavirus, horas después de haber sido vista paseando por la calle por testigos. Además, Rosana también se pronunció al respecto y dijo que se está “ante algo más que una okupación, ya que su madre no se encontraba mal”.
Con estos indicios, la familia han contactado a un abogado para juntar las pistas y acusar de un posible delito de homicidio a Rosa. El inconveniente es que el cuerpo fue incinerado y es mucho más complejo recabar pruebas certeras.
Por el momento, el caso se encuentra judicializado por la usurpación, pero la policía no ha iniciado una investigación por homicidio, aseguró la agencia “Europa Press”. En base a fuentes de las autoridades, se asegura también que la peruana vivía en el domicilio.
Sin embargo, Juanjo (pareja de Rosana) dice que la peruana no vivía en el inmueble y que solo iba dos horas a limpiar. Además, las autoridades deben averiguar si la ciudadana extranjera era trabajadora social de la Comunidad de Madrid.
Los familiares de Pilar continuarán con las denuncias y el recojo de más evidencias para que caiga todo el peso de la ley sobre Rosa.