Juan Fernando Hermosa tenía 15 años cuando mató por primera vez a alguien y 20 cuando falleció. Una vida efímera llena de crímenes que cruzan entre Ecuador y Colombia.
Este joven nació el 28 de febrero de 1976 en una provincia de Ecuador y fue adoptado por Rafael Hermosa y Zoila Suárez, quienes lo llevaron a Quito para vivir.
Hermosa empezó una pandilla por 10 jóvenes donde era el líder. Una vez mientras salían a la discoteca, el joven mató al taxista que los transportaba.
Él junto a su banda tiró el cuerpo en el sur de la ciudad cerca a un río, esa noche fue el inició de varias matanzas.
“El niño del terror”
La nueva víctima del menor se dio una semana después de su primer asesinato. Esta vez fue una persona que él conocía, su peluquero.
Charlie tenía una peluquería y era miembro de la comunidad LGBTQ+. Hermosa llegó a su local un poco ebrio junto a su pandilla y siguieron la fiesta en la casa de Charlie.
Ahí se dio una discusión que escaló a una violenta pelea y Hermosa terminó matando a Charlie.
En los siguientes cuatro años, el joven mató a 23 víctimas, aunque se teme que la cifra sea mucho mayor.
El joven fue rastreado por las autoridades y detenido de una manera violenta, ese día su madre adoptiva falleció por el impacto de las balas que se dieron en su casa debido a la detención.
El adolescente recibió una condena máxima y pasó 4 años en prisión. Sin embargo, a los dos escapó de la cárcel y volvió a sus andanzas.
Es ahí donde viaja a Colombia y empezó a robar joyas, pero la policía colombiana lo encontró rápido por su conocido rostro y estuvo preso hasta 1996. Luego salió al cumplir su condena a los 19 años.
Cuando cumplió 20 años su cuerpo fue encontrado en el río Aguarico en Colombia, cerca a la frontera con Ecuador.