UN ROMANCE DE TERROR. Travis Alexander fue un conferencista mormón asesinado por su ex novia el 9 de junio de 2008. El principio del fin de su historia comenzó un año antes de su muerte, cuando inició un tórrido romance con Jodi Arias, una guapa joven con el sueño de ser fotógrafa. Ambos se conocieron en una convención en Las Vegas, Estados Unidos, y de inmediato se enamoraron.
Aunque él viviía en Mesa, Arizona, y ella en Palm Desert, California, la distancia no les impidió continuar con su relación. Travis hablaba maravillas de su novia con sus amigos y decía que finalmente había encontrado a la mujer con la que quería pasar el resto de sus días.
Pero no todo fue fecilidad. Al poco tiempo él, que era muy devoto a su religión, empezó a cuestionarse sobre sus principios, ya que estaba manteniendo relaciones sexuales con Jodi y eso, para los mormones, está estrictamente prohibido si no se da dentro del matrimonio.
Travis quería que Jodi se convierta a la fe mormona, por lo que envió misioneros a su casa. También habló con ella del ‘Libro del Mormón’ y le citó las escrituras. A los pocos meses, ella se bautizó, aunquie esto no aplacado los cuestionamiento de Alexander.
Shanna Hogan, una periodista que escribió un libro sobre Jodi Arias, indicó que Travis quería casarse con ‘una chica mormona virginal y pura’ y al acceder a tener relaciones sexuales con él, Jodi se había eliminado como una posibilidad de matrimonio para su pareja.
Poco despues los amigos de Travis empezaron a conocer mejor a la joven fotógrafa y notaron detalles alarmantes. Era extremadamente posesiva con él, le revisaba el celular, redes sociales y correos electrónicos y se quedaba detrás de la puerta escuchando sus converesaciones privadas.
Luego de cinco meses de romance, Alexander terminó su relación con Arias. Ella se mudó a Mesa, donde él vivía, y sus amigos se preocuparon aún más. Según sus testimonios, la joven entraba a su casa sin permiso por el garaje y se le presentaba desnuda. “Algunas veces se molestaba y otras se acostaban”, contó un amigo de Travis sobre sus reacciones a esas inesperadas visitas.
Mientras tanto, él comenzó a salir con una mujer llamada Lisa. En ese tiempo, sus llantas aparecieron pinchadas, por lo que empezó a preocuparse por la actitud de su exnovia, quien se había obsesionado con él.
En abril de 2008, luego de vivir en Mesa por ocho meses, Jodi Arias regresó a California. Según sus amigos, Travis se emocionó mucho al enterarse de que su ex no estaría más cerca de él y les dijo que podría iniciar nuevamente su vida.
A pesar de ello, la pareja siguió manteniendo comunicación y hasta tenían intimidad vía telefónica. En mayo de ese mismo año, habrían tenido una pelea que los terminó alejando drásticamente. Travis estaba saliendo con una nueva chica, mormona, llamada Mimi.
A principios de junio de 2008, Alexander planeó asistir a una convención en Cancún , México, con su nueva pareja. Además, también iban a estar presentes sus más cercanos amigos, quienes días después descubrieron su cuerpo apuñalado con brutalidad y con un disparo en la cabeza.
El círculo del conferencista se preocupó mucho cuando dejó de contestarles las llamadas y los mensajes a pocos días del viaje. El 9 de junio de 2008, cinco días desde que no tenían noticias de él, Mimi y otros amigos acudieron a su casa.
Ingresaron por el garaje con un código de seguridad que les había facilitado otro allegado a Travis y encontraron dentro a su compañero de departamento, llamado Zach Billings. Cuando le preguntaron por su paradero, este contestó que estaba en México, aunque sabían que eso no era posible porque Mimi iba viajar con él.
Billings abrió al puerta del cuarto de Alexander y encontraron un charco de sangre en la alfombra, que seguía un rastro hasta el baño. Al ingresar, encontraron a su amigo sin vida en la ducha, con 27 puñaladas, un corte de oreja a oreja en la garganta y un disparo en la cabeza. Llamaron a emergencias y esperaron la llegada de la Policía.
Luego de investigar, las autoridades determinaron que Travis había estado muerto por varios días. En la escena del crimen encontraron huellas y cabellos, que más tarde comprobaron que eran de Jodi Arias. Además, hallaron una cámara fotográfica en la lavadora, con fotos eróticas de el joven conferencista tomadas por su expareja el mismo día de su muerte.
En un primer momento Jodi negó haber estado involucrada en el asesinato de su exnovio y hasta aceptó que la policía tomara sus huellas dactilares. Dijo que había estado en Utah con un nuevo chico con el que había empezado a salir, aunque este negó que haberla visto el mismo día de la muerte de Travis, sino un día después. Ella explicó que se había quedado sin batería en el celular y que se había pedido en la carretera.
Otro detalle clave en el caso es el reporte de un robo en la casa de los abuelos de Jodi, quienes aseguraron que les robaron un arma, que más tarde comprobaron que fue la misma con la que Travis fue ultimado de un balazo en la cabeza.
Luego de pasar una noche en prisión, la joven aceptó que había estado en la casa de su ex el día de su muerte. Sin embargo, dijo que había llegado a las tres de la madrugada para tener relaciones sexuales y luego se quedaron dormidos. Según su testimonio, más tarde, mientras le tomaba fotos en la ducha, dos encapuchados ingresaron al departamento, mataron a Alexander y la amenazaron de muerte a ella y a su familia si comentaba algo de lo sucedido. Nadie le creyó.
Jodi Arias fue acusada de asesinato en primer grado por la muerte de Travis Alexander y fue a prisión más de cuatro años mientras esperaba su juicio. Esta vez, la joven tenía otra versión de la historia. Les contó a los investigadores que mató a su expareja en defensa propia, luego de que dejara caer la cámara por accidente, desencadenando su supuesta furia. Además, lo acusó de haber abusado de ella en varias ocasiones y hasta del delito de pedofilia.
Finalmente, en mayo de 2013, Arias fue encontrada culpable del asesinato de Alexander y fue sentenciada a cadena perpetua sin posibilidad a libertad condicional, luego de que dos jurados no pudieran ponerse de acuerdo sobre si la condeban a muerte.
