A propósito del Día Internacional del Beso, en el libro Guinness de los Récords está registrado uno de los momentos más épicos e improbables jamás vistos y documentados: un beso que duró casi 59 horas.
Ocurrió en 2013, en el Día de San Valentín la pareja tailandesa Ekachai y Laksana Tiranarat realizó la “hazaña” de romper su propio récord -que lograron en 2011- al besarse por 58 horas, 35 minutos y 58 segundos, dos minutos más que la vez anterior.
En dicho evento (World’s Longest Continuous Kiss) participaron nueve parejas, las reglas eran sumamente estrictas alejadas de cualquier atisbo romántico: no se les permitía sentarse, descansar o dormir y si necesitaban ir al baño debían mantener sus labios unidos a la vista de un juez que certificara que el beso no se interrumpiera.
Esta pareja en aquello ocasión obtuvo tras el incansable esfuerzo la suma de 3,300 dólares de premio y dos anillos de diamante, además de quedar acreditados en la historia como el beso más largo jamás dado.
No existen datos de qué sucedió con esta pareja y si permanecen juntos, solo se sabe que, por el momento, su título mundial no ha peligrado y todo parece indicar que lo mantendrán un tiempo más porque los organizadores de este concurso no han realizado ninguna nueva convocatoria.