Los fabricantes de la vacuna de Rusia contra el coronavirus Sputnik V denunciaron el martes la decisión del gobierno brasileño, según ellos “política”, de no autorizar la importación del fármaco.
“Los retrasos de Anvisa (la agencia reguladora sanitaria de Brasil) en la aprobación de Sputnik V son lamentablemente de orden político y no tienen nada que ver con el acceso a la información o con aspectos científicos”, se lee en la cuenta en Twitter de la vacuna rusa.
“El ministerio de Salud de Estados Unidos, en su informe anual de 2020 hace varios meses, declaró públicamente que el agregado sanitario de Estados Unidos ‘había convencido a Brasil de rechazar la vacuna rusa’”, agregan.
El regulador sanitario de Brasil negó este lunes un pedido de varios estados del país para importar la vacuna Sputnik V por considerar que le faltan datos técnicos para verificar su seguridad y eficacia.
Los cinco directores de la Anvisa siguieron la recomendación del área técnica del organismo, que señaló varias “incertidumbres” en relación a la seguridad y eficacia del inmunizante, que todavía no fue aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ni la FDA (Administración Federal de Alimentos y Medicamentos) de Estados Unidos.
“Seguiremos adelante con nuestros contactos. Si falta información, será suministrada. No debería haber ninguna duda al respecto”, agregó por su parte el portavoz del Kremlim, Dmitri Peskov, este martes en su comparecencia ante la prensa.
La vacuna Sputnik V se administra en otros países además de Rusia, como México, Argentina o Venezuela. Según el instituto ruso Gamaleïa, que creó la vacuna, ha sido autorizada en más de 60 países.
En febrero, la prestigiosa revista médica The Lancet, informó que su eficacia era del 91,6%, un dato que disipó las dudas sobre su fiabilidad.
En un intento de agilizar sus planes de vacunación, una decena estados del norte y noreste de Brasil firmaron contratos con el Fondo Soberano Ruso (RDIF), que financió el desarrollo de la Sputnik V, para adquirir más de 30 millones de dosis.
El gobierno federal brasileño también adquirió otros 10 millones.
Fuente: AFP