Latinoamérica también participa en el desarrollo de vacunas contra la COVID-19. Cuba es quizás el país latinoamericano que más ha avanzado en desarrollar una cura propia. Los científicos de la isla trabajan en cuatro candidatas a vacunas contra el coronavirus: Soberana 1, Soberana 2, Abdala y Mambisa. De estas, Soberana 2 y Abadala ya están fase tres de los ensayos clínicos; es decir, la última etapa de pruebas en decenas o cientos de miles de personas.
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En México, científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) también indicaron que trabajan en una vacuna contra el SARS-CoV-2 (coronavirus que causa la COVID-19). “Esperamos que en mayo se puedan empezar los ensayos en personas y que en el curso de este año podamos tener una versión de vacuna mexicana, si salen los resultados que esperamos”, señaló Edda Sciutto, científica que lidera los experimentos en la UNAM, a la BBC.
En Brasil, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, anunció que el prestigioso Instituto Butantan (que ya fabrica la china CoronaVac por un acuerdo) está desarrollando la primera vacuna local, llamada ButanVac. Su expectativa es producir 40 millones de dosis desde mayo y empezar a aplicarla en julio, relata la agencia de noticias AFP.
“Es un anuncio histórico para el mundo. La vacuna 100% nacional, con pruebas prometedoras y fruto del trabajo de una institución de 120 años de existencia, que es el mayor productor de vacunas del Hemisferio Sur”, declaró Doria.
Pero antes, la vacuna debe obtener autorización del regulador sanitario para empezar sus ensayos en humanos en abril. Según la AFP, también espera luz verde para pruebas la vacuna Versamune-CoV-2FC, desarrollada por la Facultad de Medicina de Ribeirao Preto.
En Argentina, el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín tiene una vacuna en fase preclínica. Además, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) trabajan en un proyecto de vacuna que podría aplicarse por vía nasal u oral.
En Chile, se está diseñando una vacuna que pueda ser usada desde el nacimiento, de manera que otorgue una inmunidad más prolongada que la que brindan las actualmente aprobadas contra la COVID-19.
En Ecuador, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) anunció un prototipo de vacuna. Las pruebas preclínicas (en animales) deberían comenzar en los próximos meses en colaboración con el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI) y la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE), señala la BBC.
Finalmente, en el Perú, el laboratorio Farvet y la Universidad Cayetano Heredia ya han concluido con los ensayos preclínicos de su prototipo de vacuna, que se aplicaría por vía nasal. Ahora resta probarla en personas.
“Estamos tocando las puertas de varios laboratorios del mundo, que tengan certificación BPM (Buenas Prácticas de Manufactura), que nos puedan apoyar para producir las dosis al menos de un número limitado para hacer los ensayos [clínicos] de fase 1 y 2”, señaló Mirko Zimic, científico consultor del proyecto, a la BBC.
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