Miami. El alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, está enfrascado en una lucha frontal y decidida contra el coronavirus y por ello no le tembló la mano para ordenar el cierre de centros de diversión en su ciudad, a pesar que ello afecta a miles de turistas.
El miércoles fue el primer día en que se cumplió de manera absoluta la orden del burgomaestre de cerrar restaurantes, bares, gimnasios, cines y centros de ocio con capacidad para más de ocho personas.
A pesar de ello, las autoridades aún no han decretado la medida de cuarentena en la ciudad, por lo que los turistas deambulan por las calles de Miami-Dade, con escasas opciones y con la esperanza de acortar sus vacaciones y regresar a casa.
Sumado a ello, el alcalde Giménez dio una nueva orden: prohibió el uso de ciclomotores, scooters, bicicletas y otros dispositivos de micro movilidad de uso común. También decretó la prohibición de reunirse en parques de la ciudad y en las playas de su jurisdicción.
Las restricciones en Miami-Dade no quedarían ahí. El burgomaestre ya anunció que en un breve plazo cerraría tiendas no esenciales, instalaciones educativas privadas, casinos y otras actividades recreativas y de entretenimiento.
La policía del condado advirtió a las empresas incluidas en la lista de restricciones que podrían afrontar cargos criminales si no acatan las medidas de lucha contra el coronavirus.
El estado de Florida cuenta con 328 casos de COVID-19 y 77 de ellas se encuentran en el condado de Miami-Dade.