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Un convenio firmado por el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) y el laboratorio de capitales nacionales Richmond estipula que podrá producir sus primeros lotes de prueba de la vacuna Sputnik V contra la en una planta de la empresa ubicada en Buenos Aires.

Sputnik V.I.D.A. se llamará así por el acrónimo Vacuna de Inmunización para el Desarrollo Argentino y constituye la primera experiencia en Latinoamérica de la elaboración de la Sputnik V con una de tasa de efectividad del 97,6%, según un ensayo publicado en la revista médica The Lancet en marzo.

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Asimismo, los efectos adversos de la vacuna rusa pueden ser leves. Se presentan con dolor en el sitio de aplicación, cefalea, fiebre baja y mialgias. Menos del 1% de los casos pueden presentar síntomas gastrointestinales y reacción alérgica en distintos grados.

Producción

El presidente de Laboratorios Richmond, Marcelo Figueiras, afirmó que el proyecto de la producción local de la vacuna Sputnik V será en dos etapas.

“Para la primera etapa el principio activo llegará desde Moscú y se terminará la formulación, el filtrado y el envasado de los frascos, es decir, la parte final de proceso, aquí en Laboratorios Richmond”, dijo.

El laboratorio argentino Richmond celebra el “hito” de producir la vacuna rusa Sputnik V contra el coronavirus. (Foto: EFE)
El laboratorio argentino Richmond celebra el “hito” de producir la vacuna rusa Sputnik V contra el coronavirus. (Foto: EFE)

Mientras que la segunda etapa se llevará a cabo dentro de un año y medio con el término de la construcción de una planta para fabricar los componentes. Así, Argentina tendrá todo el ciclo de fabricación de la vacuna rusa.

“En la etapa final, con la construcción de la planta nueva, se completa la cadena de valor con el fermentado. Y más para atrás con la transferencia de la cadena celular. A partir de allí se obtiene la independencia total del producto, pagando los derechos de producción”, aclaró Figueiras.

Por su parte, el país recibirá en mayo el principio activo desde Rusia que “nos posibilitará iniciar la producción local de la vacuna con un millón de dosis mensuales. Y esperamos que a fin de junio podamos llegar a cinco millones mensuales, que es la capacidad de nuestra planta”, afirmó el empresario.

Calidad

Hasta ahora, el laboratorio argentino Richmond fabricó 21,000 dosis y una parte de ellas se envió a Rusia para ser testadas por los científicos del Instituto Gamaleya, creadores de la inoculación.

El cargamento de vacunas Sputnik V que el avión de la estatal Aerolíneas Argentinas transportaba desde Rusia, en Ezeiza. (Foto: EFE)
El cargamento de vacunas Sputnik V que el avión de la estatal Aerolíneas Argentinas transportaba desde Rusia, en Ezeiza. (Foto: EFE)

“No se mandan las 21,176 dosis, sino que se manda una muestra. Se producen tres lotes consecutivos para poder certificar el proceso de producción, que es muy importante, y de esos lotes se sacan muestras del componente uno y del componente dos, y se envían ya congeladas”, detalló la asesora presidencial Cecilia Nicolini, que viajó a Rusia junto al ministro de Economía, Martín Guzmán, y Figueiras.

Con el último vuelo de Aerolíneas Argentinas esta semana con otras 800,000 dosis del componente 1 de la Sputnik V, Argentina ya recibió un total de 8′932,600 dosis de las diferentes vacunas que se están aplicando en el país. Más de cinco millones corresponden a la vacuna rusa.

Efectividad

Un estudio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) señaló que una sola dosis de la vacuna fabricada en Rusia genera anticuerpos específicos en el 94% de los vacunados a los 21 días de haber recibido la primera dosis y en el 100% de los inmunizados con las dos.

La revacunación con la vacuna Sputnik V está funcionando muy bien contra las nuevas mutaciones del coronavirus. (Foto: AFP)
La revacunación con la vacuna Sputnik V está funcionando muy bien contra las nuevas mutaciones del coronavirus. (Foto: AFP)

Por este motivo, la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn) recomendó que se priorice la aplicación de la primera dosis a la población de alto riesgo, mayores de 60, difiriendo la segunda dosis hasta 12 semanas, ya que esa demora no afectaría significativamente la eficacia.

Asimismo, la fórmula rusa puede distribuirse en forma liofilizada (seca), lo que requiere una refrigeración común, entre 2 °C y 8 °C. La vacuna producida en Argentina podrá luego ser exportada a otros países de América Central y América Latina.

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