El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a poner en duda este domingo la eficacia de las vacunas contra el COVID-19 y afirmó que pretende cambiar la ley para que solo el Gobierno tenga poder de decisión sobre la obligatoriedad del “pasaporte sanitario”, que él rechaza de forma rotunda.
El mandatario, quien niega la gravedad del coronavirus, dijo en declaraciones al portal Poder360 que quiere enviar al Congreso una propuesta para que el Ejecutivo tenga competencias exclusivas a la hora de fijar las reglas en torno al comprobante de vacunación, ya en vigor en decenas de ciudades brasileñas.
“No se puede dar a alcaldes y gobernadores esa libertad. Sé que la mayoría no está adoptándolo, pero hay algunos que ya están amenazando con despedir” a los funcionarios que opten por no vacunarse contra el COVID-19, expresó el líder ultraderechista.
Al menos 249 municipios del país han adoptado el certificado de vacunación como exigencia para acceder a determinados servicios, según un sondeo divulgado a finales de septiembre.
Además, los primeros casos de la variante ómicron en el país han elevado la presión para que el Gobierno también lo imponga a los extranjeros que quieran ingresar en territorio nacional, pero Bolsonaro se ha mostrado inflexible en ese punto.
“Hay una presión por el pasaporte vacunal. Yo me pregunto, ¿quién toma la vacuna contrae el virus? Sí. ¿Lo transmite? Sí. ¿Puede morir de covid? Sí. Entonces hay algo equivocado en toda esta historia, (pero) uno no tiene espacio para discutir absolutamente nada”, se quejó el gobernante.
Este lunes está prevista una reunión para discutir el asunto entre ministros y técnicos de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), que le ha recomendado al Ejecutivo implementar el pasaporte covid para tener un mejor control sanitario de las fronteras.
El jefe de Estado, que también se opone al uso de mascarilla y al distanciamiento social, y que llegó a calificar el COVID-19 de “gripecita”, anticipó, sin embargo, que vetará cualquier iniciativa federal en ese sentido.
“Para mí, la vacuna es opcional”, sentenció el capitán retirado del Ejército.
Bolsonaro indicó que hay “mucha incógnita” y “mucha cosa que nadie sabe” sobre la vacuna, que, pese a las dudas del mandatario, ha permitido un descenso drástico del número de contagios y muertes asociadas al coronavirus, gracias a la buena acogida de la población brasileña.
El presidente llegó incluso a insinuar el pasado 21 de octubre que las personas vacunadas contra el COVID-19 tienen más riesgos de desarrollar sida, motivo por el cual la Corte Suprema ordenó el viernes pasado la apertura de una investigación en su contra.
Fuente: EFE