Una mujer sobreviviente de cáncer, de 47 años, fue reportada como el caso de infección por coronavirus (COVID-19) más largo jamás documentado luego de vivir con la enfermedad durante 335 días, revela un estudio médico.
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El descubrimiento se publicó a inicios de octubre como una preimpresión en MedRxvid y todavía sigue sin verificación.
La investigación revela que la paciente tuvo que ser hospitalizada por primera vez en el campus de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Maryland, en Estados Unidos, durante el primer semestre del 2020 tras haber dado positivo y presentar complicaciones.
La paciente parecía estar curada gracias al tratamiento que estaba recibiendo, pero luego de 10 meses todavía era “positivo” en las pruebas que se realizaba. Los resultados tomaron por sorpresa al equipo médico que atendía el caso porque los síntomas eran casi inexistentes.
Tras una serie de análisis, los especialistas concluyeron que la mujer estaba inmunodeprimida por un tratamiento de sangre para combatir el cáncer realizado hace tres años antes, provocando que disminuyan sus niveles de células B.
Los médicos señalan que la prueba pudo estar detectando partes inofensivas del virus y por eso arrojaba un “falso positivo”.
Una enfermedad de nunca acabar
En marzo de este año, los especialistas tuvieron que secuenciar su genoma luego de volver a subir su carga viral y descubrieron que el coronavirus detectado era el mismo que portaba en su organismo hace meses, descartando la posibilidad que sea una de las tantas variantes que circulaba en aquel momento.
La mujer de 47 años volvió a recibir tratamiento y eliminó definitivamente la infección en abril luego de batallar durante 335 días desde que dio positivo a su primera prueba, revela el estudio.
El portal Science News informó que, tras superar la enfermedad, la paciente ha tenido múltiples pruebas negativas de COVID-19. Además, recalcó que las personas inmunodeprimidas tienen menos probabilidades de generar una respuesta fuerte contra el SARS-CoV-2.