Caracas. [EFE]. El jefe de Gobierno de Caracas, el alto dirigente chavista Darío Vivas, murió este jueves por causas relacionadas con la COVID-19, menos de un mes después de anunciar que padecía la enfermedad.
“Con profundo pesar recibimos la lamentable noticia del fallecimiento del buen amigo Darío Vivas, revolucionario a carta cabal, con quien compartimos desde los años 1980 en las calles de Caracas valientes luchas en defensa del pueblo y de la patria”, confirmó en Twitter el fiscal general, Tarek Saab.
Vivas, que tenía 70 años, informó el pasado 19 de julio que había contraído el virus SARS-COV-2, que causa la COVID-19 y, por tanto, se aisló en un centro médico.
También anunció que se encomendaba al doctor José Gregorio Hernández, considerado un santo entre los venezolanos y cuya beatificación fue aprobada recientemente por el papa Francisco, pero todavía no se ha llevado a cabo.
El cargo que desempeñó como jefe de Gobierno es paralelo al de la alcaldesa de la capital y es designado de manera directa por el presidente, puesto que Caracas tiene un régimen especial y un sistema de Gobierno constituido por un órgano Ejecutivo, cuya función legislativa está a cargo del Parlamento.
Como jefe de Gobierno, Vivas debía ejercer la administración de los órganos y funcionarios de la administración de Caracas, así como la dirección, coordinación y control de los organismos de gobierno.
El político también era miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, un organismo compuesto únicamente por chavistas y no reconocido por parte de la comunidad internacional, razón por la que ha sido sancionado por EE.UU. y Canadá.
Los venezolanos le recuerdan por haber sido el presentador de los actos de campaña de Hugo Chávez para los comicios de 2012, cuando el fallecido presidente ganó su cuarto mandato, solo meses antes de morir por un cáncer.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, había encargado a Vivas, en su calidad de líder del oficialista Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), la organización de brigadas médicas compuestas por sus copartidarios para localizar a enfermos de COVID-19 y no por médicos del Ministerio de Salud.