Una enfermedad poco común apareció en Reino Unido desde el año pasado. Alrededor de 100 niños han sido hospitalizados por contraer el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (PIMS), que es posterior al COVID-19, según informó The Guardian.
MIRA: COVID-19: Un estudio revela que la vacuna de AstraZeneca reduce la transmisión tras una dosis
En un inicio, el PIMS fue reconocido con preocupación por los científicos como un “síndrome post-viral nuevo” que afecta a uno de cada 5.000 niños, en promedio, un mes después de haber tenido COVID-19, sea sintomático o no.
Durante la primera ola de la pandemia en Reino Unido, entre marzo y abril, se presentaron casos de PIMS. Sin embargo, los especialistas no lo reconocían como tal, pues pensaban que se trataba del síndrome de Kawasaki (trastorno que afecta a niños pequeños y bebés).
El 75 % de los menores más afectados por el PIMS pertenecen a la comunidad BAME (niños negros, asiáticos o miembros de minorías étnicas), entre estos, cuatro de cada cinco estaban bien de salud. Según el informe de The Guardian, es posible que dos niños hayan fallecido por este síndrome.
Los síntomas implican temperatura hasta de 40° C, erupciones cutáneas, problemas abdominales y presión arterial muy baja. En los peores casos, están en una condición peligrosa de sepsis (complicación mortal de una infección) o sienten un shock tóxico.
La frecuencia de casos por este síndrome en los centros de salud de Reino Unido eran de 30 niños a la semana en abril de 2020, en inicios de este año, durante la segunda ola, son aproximadamente 100 menores.
En un webinar científico, Hermione Lyall, experta en enfermedades infecciones en niños y directora clínica de servicios para niños en el Imperial College Healthcare NHS Trust en Londres, informó que el 47% de los 78 pacientes con PIMS que fueron a la UCI británica eran de origen afrocaribeño, y el 28% asiáticos.
Según Lyall, quien se basó en cifras de 21 de las 23 unidades de cuidados intensivos pediátricos (UCIP), el 78 % de los pacientes no tenían enfermedades subyacentes. La edad promedio de los niños con PIMS es de 11 años, aunque el rango de contagio es entre ocho y 14 años; solo el 22 % tuvieron COVID-19 cuando el PIMS surgió, y el resto ya lo habían padecido.
“La genética puede ser un jugador. Pero nos preocupa que sea un reflejo de cómo esta es una enfermedad de la pobreza, que afecta desproporcionadamente a quienes no pueden evitar la exposición debido a su ocupación, hogares multigeneracionales y viviendas hacinadas”, indicó Liz Whittaker, portavoz de PIMS para el Royal College of Pediatrics and Child Health a The Guardian.
Además, Whittaker no alarmó respecto a la posibilidad de cierre de parques o una razón para evitar que las escuelas en Reino Unido abran sus puertas. “PIMS puede ser muy serio. Pero hemos visto menos niños gravemente enfermos [en la segunda ola], porque hay un reconocimiento y un tratamiento más tempranos”, expresó.