Beijing. El ritmo de expansión de la epidemia de coronavirus disminuyó en China, donde los nuevos casos han bajado desde comienzos de febrero, indicó el lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“La reducción en los casos que estamos viendo es real. Podemos decir, con confianza, que están bajando de verdad”, indicó el médico canadiense en una rueda de prensa celebrada en Beijing, en la que presentó las conclusiones de la misión sobre el terreno que la OMS lideró.
La citada misión comenzó hace dos semanas, cuando una veintena de expertos internacionales, encabezados por Aylward, llegaron a China para unirse a sus colegas chinos para estudiar la epidemia y evaluar las medidas tomadas por el gigante asiático.
“Son probablemente las medidas de contención de enfermedades más ambiciosas, ágiles y agresivas de la historia”, indicó el médico, quien agregó: “No hay dudas de que la actitud de China ante la rápida propagación de este nuevo patógeno respiratorio ha cambiado el rumbo de lo que era, y sigue siendo, una epidemia que se expandía rápidamente y que era mortal”.
Aylward intentó disipar las dudas sobre la fiabilidad de los datos oficiales ofrecidos por China: “Sobre el terreno hay muchas estadísticas y datos que apoyan la bajada (de nuevos casos). Están cayendo, y están cayendo por las acciones que se han llevado a cabo”.
El líder del equipo de la OMS recordó que hasta la tercera semana de enero el crecimiento de los casos era “exponencial”: “Podríamos esperar que una curva así siguiese creciendo y que luego fuese cayendo poco a poco al no encontrar más personas susceptibles de infección. Pero fue bloqueada de forma abrupta y acabó bajando”.
Este “tremendo esfuerzo”, agregó, es “extremadamente importante para China y para el resto del mundo”, aunque advirtió a la comunidad internacional que “hemos ganado algo de tiempo pero tenemos que usar ese tiempo mejor de lo que lo hemos hecho hasta ahora”.
“Tenemos que trabajar rápido. La comunidad internacional todavía no está mentalizada”, exhortó el experto.
Aylward también citó algunos defectos en la reacción china como los retrasos iniciales en las alertas sanitarias y la falta de camas en hospitales, especialmente en la provincia de Hubei, epicentro del brote, aunque la mayoría de sus declaraciones fueron favorables a las autoridades del país asiático.
“No solo es alabar a China sino abrir las puertas y ver qué se puede hacer” en otros países ante la expansión internacional del COVID-19, matizó.
Una de las medidas que reclamó Aylward fue poner fin a las restricciones de transporte y comercio que algunos países han establecido con China: “China es el país con más experiencia del mundo contra esta enfermedad (...). Si los países ponen barreras ante China, solamente van a poner en riesgo la capacidad de todos de solucionar esto”.
El doctor canadiense sugirió a China tratar de recobrar la normalidad económica y social y advirtió de que la recuperación “llevará tiempo” porque la epidemia “podría estar activa durante meses”.
A este respecto, Aylward reclamó a las autoridades chinas que no caigan en la complacencia ante la caída de los nuevos casos: “La gente no está inmunizada ante este nuevo patógeno. El número de casos podría volver a subir si la gente vuelve a la normalidad, al trabajo, a abrir las tiendas... creer que has vencido al virus es el mayor riesgo”.
Preguntado acerca de la ciudad de Wuhan -capital de Hubei, epicentro del brote y en cuarentena desde hace más de un mes-, el técnico aseguró que están “yendo en la dirección correcta”: “El riesgo de Wuhan ha bajado mucho, ha cambiado completamente. Los nuevos casos (en el resto de China) ya no tienen relación con Wuhan”.
En la rueda de prensa también intervino Liang Wannian, líder de la parte china de la misión, quien presentó algunos nuevos datos del virus, como que no se ha descubierto hasta el momento ninguna mutación relevante o que la tasa de mortalidad es entre el 3 y el 4 por ciento en China o del 0,7 % si se excluyen los casos de Wuhan.
Asimismo, la capacidad de contagio del coronavirus es de entre 2 y 2,5 personas por cada infectado, y, aunque la mayoría de pacientes son de entre 30 y 69 años, Liang indicó que el virus afecta a personas de todas las edades.
Con información de EFE y AFP