La ira de médicos y enfermeros ante la falta de elementos de protección frente al coronavirus resuena en Rumania, uno de los países más pobres de la Unión Europea.
Algunos firman peticiones, otros recurren a las redes sociales para expresar su ira. Inclusive hubo renuncias.
“Nos envían a la muerte con las manos desnudas”, reclama el personal sanitario de Rumania
De los 2.450 casos de COVID-19 diagnosticados en el país, casi 300 corresponden al personal médico. Rumania registró el miércoles 85 muertes.
“Tenemos dos trajes de protección para doce empleados”, resumió la doctora Lorena Ehim, jefa del departamento de cuidados intensivos del hospital de Orastia (centro), que presentó su dimisión el lunes.
“Trabajamos sin máscaras, sin guantes, sin desinfectantes. No tenemos nada. Nos prometieron material, pero ¿cuándo llegará?”, confió a la AFP en una entrevista una empleada del hospital de Ramnicu Sarat (este), que solicitó el anonimato por miedo a las sanciones.
Las máscaras que protegen contra el coronavirus, “ni siquiera sabemos cómo son”, lamenta.
En Suceava (noreste), el hospital departamental se cerró después de convertirse en el principal foco epidémico del país, con 30 muertos registrados el martes y 400 casos positivos confirmados, la mitad de los cuales afectan a médicos y enfermeros.
En esa urbe de 100.000 habitantes, situada cerca de la frontera ucraniana, numerosos emigrantes que han regresado recientemente de Italia o Francia han contribuido a propagar el virus.
La ciudad fue puesta en cuarentena a principios de la semana.
El presidente del Colegio de Médicos, Gheorghe Borcean, si bien desaprueba a sus colegas dimisionarios, explica a la AFP "entender" la angustia del entorno médico. "No es tanto por el miedo (de la contaminación) sino por la falta de confianza en el sistema", dice.
Según él, esta epidemia, que se espera llegue a su pico a mediados de abril, ha puesto de relieve los efectos de la financiación insuficiente de la salud pública, crónica desde hace décadas. "De los casi 400 hospitales públicos rumanos, apenas unos 50 están a la altura", estima.
Pacientes rechazados
Desde la entrada en la Unión Europea en 2007, aproximadamente una cuarta parte de los profesionales rumanos se han instalado en Europa occidental.
Rumania, país de 19 millones de habitantes, tiene una de las densidades médicas más bajas de la UE. En el hospital de Hunedoara (centro), lo que más hace falta no son las protecciones y el desinfectante, sino los medicamentos, precisa la médica Carolina Radu al sitio presacurata.ro.
"Estamos dispuestos a convertimos en un hospital de primera línea, pero necesitamos medicamentos, no tenemos", asegura.
Algunos hospitales han llegado al extremo de rechazar a pacientes sospechosos de ser portadores del coronavirus, temiendo que se contagie todo el establecimiento. Una decisión “punible” advirtió el gobierno.
El ministerio de Salud consideró inicialmente la posibilidad de prohibir las dimisiones del personal sanitario antes de dar marcha atrás.
"No es una orden del ministerio lo que va a convencer a un médico de quedarse y luchar, sino más bien el abastecimiento de equipos de protección", reconoció el nuevo ministro de Sanidad, Nelu Tataru, nombrado la semana pasada después de la mala gestión reprochada a su predecesor.
Por su parte, Alexandru Rafila, representante de Rumania ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que no todos los médicos están a la altura de la situación.
Su punto de vista se hace eco de la opinión de muchos ciudadanos, que ponen en tela de juicio a un personal de salud que carece de empatía con los pacientes o que está atraído por el soborno, que sigue siendo habitual en el país.
El presidente Klaus Iohannis hizo un llamado a la profesión. “Sabemos que están teniendo dificultades, pero ustedes están en primera línea y todos nos dirigimos a ustedes con esperanza y confianza”, asegurando además que el material será entregado rápidamente.
Fuente: AFP