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Chile recibió este jueves 11.700 dosis de vacunas contra el coronavirus, en el segundo cargamento de los laboratorios Pfizer-BioNtech que llega en una semana para este país de 18 millones de habitantes, uno de los más golpeados por la pandemia este año.

Ese nuevo lote de vacunas se suma a las 10.000 recibidas el pasado 24 de diciembre y que a lo largo de la semana fueron inyectadas a personal sanitario de hospitales públicos en Santiago y regiones del sur de Chile.

Estas vacunas “van a servir para dar tranquilidad y proteger a todos los chilenos”, dijo el presidente Sebastián Piñera al recibir el cargamento en el aeropuerto internacional de Santiago junto al canciller Andrés Allamand y el ministro de Salud, Enrique Paris.

Estas nuevas dosis serán distribuidas en cinco regiones del norte, centro y sur del país, donde varias ciudades y comunas figuran este fin de año como las más afectadas de un rebrote del virus.

El mandatario chileno aseguró que el proceso emprendido con la compra de varias marcas de vacunas (algunas aún en fase de permisos en sus países de origen), no se detendrá hasta “vacunar a todas las personas que quieran vacunarse”.

Chile cierra un 2020 en el que la pandemia derribó a niveles históricos los indicadores económicos, no hubo clases presenciales en ningún nivel educativo, la población vivió confinamientos selectivos y obligatorios que figuraron entre los más largos del mundo, toques de queda y fronteras casi cerradas.

En nueve meses con el COVID-19 en el país suma más de 600.000 contagiados y 16.499 fallecidos confirmados, que suman casi 22.000 en el informe epidemiológico semanal del Ministerio de Salud, que incluye casos sospechosos.

Chile contempla vacunar a 15 millones de los 18 millones de habitantes del país durante el primer semestre de 2021; las primeras dosis se destinaron a casi 9.000 sanitarios que trabajan en Unidades de Tratamiento Intensivo con pacientes críticos.

Una trabajadora sanitaria recibe la vacuna contra el coronavirus en el Hospital de Urgencia Asistencia Pública en Santiago (Chile), el 24 de diciembre de 2020. (EFE/Alberto Valdes).
Una trabajadora sanitaria recibe la vacuna contra el coronavirus en el Hospital de Urgencia Asistencia Pública en Santiago (Chile), el 24 de diciembre de 2020. (EFE/Alberto Valdes).

Un verano entre vacunas y rebrotes

El plan respecto a la vacunación se da en un momento en que han aumentado los contagios en varias partes del país y se teme una segunda ola.

Posterior a esta primera fase, se vacunará al resto del personal de la salud, a los adultos mayores y a los enfermos crónicos, y en el último tramo a la población general.

El gobierno afirma que logró asegurar una provisión de 30 millones de dosis de la vacuna.

En pleno verano austral, las autoridades sanitarias informaron el martes que detectaron el primer caso de la nueva cepa del coronavirus, en una mujer chilena que arribó a Santiago el 21 de diciembre proveniente de Madrid tras estar en Dubái y Londres, y luego se trasladó en avión al sur del país.

El caso levantó una nueva polémica ya que dadas las restricciones sanitarias impuestas en el país, es mucho más fácil viajar a Estados Unidos y Europa, que trasladarse 100 kilómetros para ir a la montaña o a la playa y veranear al interior del país.

En medio de este debate, las autoridades anunciaron un “permiso viajero” de verano, reconociendo que existe un agotamiento de un año de trabajo y clases en casa para una parte de la población, y muchas restricciones de movilización. Este permiso podrá sacarse una sola vez entre el 4 de enero y marzo para viajar entre regiones.

El 45% de los chilenos quiere vacunarse tan pronto sea posible, un 33% prefiere hacerlo “más adelante”, sobre todo hasta constatar efectividad y falta de contraindicaciones, mientras un 22% indica que no tiene pensado hacerlo, indicó una encuesta divulgada el lunes de la consultora Cadem.

Fuente: AFP

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